LONDRES.- El euro cayó ayer desde los máximos de dos semanas alcanzados la víspera, debido a las renovadas preocupaciones sobre los problemas de deuda en la Eurozona.
La moneda única retrocedió 0,1 por ciento y se cotizó a 1,3220 dólares, al disiparse el optimismo por la aprobación el martes del plan de rescate para Grecia y surgir dudas sobre la implementación de las reformas prometidas por Atenas a fin de evitar una cesación de pagos.
Frente al yen, la moneda única subió a un máximo de tres meses y cambió de manos a 106,32 la unidad.
La mayor aversión al riesgo también presionaba a materias primas como el cobre y el petróleo.
Mientras, el mercado dirige su atención a las operaciones de refinanciamiento que efectuará el Banco Central Europeo (BCE) la próxima semana, cuando prestará 500.000 millones de euros a los bancos para mejorar las condiciones de liquidez.
El BCE realizó en diciembre último una maniobra similar en lo que constituyó su primera operación de liquidez a tres años, la cual no arrojó los resultados esperados.
Los depósitos a un día de sus bancos comerciales sobrepasaron el billón de euros a causa de la desconfianza existente en el sector.
Dichas entidades prefirieron la seguridad de dejar su dinero en el BCE a intereses menos favorables que efectuar préstamos entre ellas y obtener mejores retornos.
La moneda única retrocedió 0,1 por ciento y se cotizó a 1,3220 dólares, al disiparse el optimismo por la aprobación el martes del plan de rescate para Grecia y surgir dudas sobre la implementación de las reformas prometidas por Atenas a fin de evitar una cesación de pagos.
Frente al yen, la moneda única subió a un máximo de tres meses y cambió de manos a 106,32 la unidad.
La mayor aversión al riesgo también presionaba a materias primas como el cobre y el petróleo.
Mientras, el mercado dirige su atención a las operaciones de refinanciamiento que efectuará el Banco Central Europeo (BCE) la próxima semana, cuando prestará 500.000 millones de euros a los bancos para mejorar las condiciones de liquidez.
El BCE realizó en diciembre último una maniobra similar en lo que constituyó su primera operación de liquidez a tres años, la cual no arrojó los resultados esperados.
Los depósitos a un día de sus bancos comerciales sobrepasaron el billón de euros a causa de la desconfianza existente en el sector.
Dichas entidades prefirieron la seguridad de dejar su dinero en el BCE a intereses menos favorables que efectuar préstamos entre ellas y obtener mejores retornos.
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