domingo, 26 de febrero de 2012

El G-20 pedirá a Europa firmeza ante la crisis de la deuda

MÉXICO.- La reunión de ministros de Economía del G20 en Ciudad de México preparaba este domingo un llamamiento a Europa para que actúe con firmeza ante su crisis de deuda pública, aún cuando las tensiones en los mercados financieros han cedido.

La reunión ministerial se inició la noche del sábado a puertas cerradas con la presencia del presidente mexicano Felipe Calderón, quien se refirió a la crisis de la zona euro. El mandatario reconoció que el viejo continente ha hecho esfuerzos, pero sostuvo que "falta mucho por hacer".
El encuentro de ministros de este grupo que reúne a las principales economías industrializadas con naciones emergentes, continúa este domingo y se espera una declaración final hacia las 22.30 GMT.
Según un delegado de un país no europeo que habló bajo anonimato, el G20 buscaba un equilibrio para exhortar a la zona euro a reunir por sí misma suficientes recursos financieros para enfrentar su crisis, sin mostrar excesiva presión sobre los países europeos.
Siempre según esa fuente, el comunicado podría señalar que si los europeos responden al pedido de sus socios, entonces el resto del mundo contribuiría con más recursos para fortalecer la capacidad crediticia del Fondo Monetario Internacional (FMI), como quiere Bruselas.
En los últimos meses, los ministros de Finanzas han pedido a los europeos que construyan "cortafuegos", como se conocen a los fondos de rescate y estabilidad para evitar una propagación de la crisis de la deuda a otros países, en momentos en que economías del tamaño de España e Italia se hunden en la recesión.
El comunicado del G20 podría coincidir entonces con la posición de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), muy involucrados en la discusión de un incremento de fondos para el FMI que podría darles mayor peso de decisión en el organismo.
El sábado, el ministro brasileño de Finanzas, Guido Mantega, resumió la postura del grupo: los emergentes "van a ayudar" cuando los europeos "refuercen su cortafuego y hagan más de lo que están haciendo con esos fondos de estabilidad".
Precisamente, la cita ministerial del G20 en México precede a la cumbre de la Unión Europea prevista para jueves y viernes en Bruselas, en la que se definirían las dimensiones del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MES), cuya entrada en vigor está prevista para mediados de año.
La noche del sábado, en declaraciones a la prensa, el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Shaeuble, rechazó las presiones y dijo que si bien "Europa tomará esa decisión (sobre el MES) en marzo", puede que no sea en la reunión de la próxima semana. El hecho es que "marzo va del 1 al 31", enfatizó.
La posición de Alemania en relación a los montos para estos mecanismos de contención de la crisis, se contrapone a la de Estados Unidos, cuyo secretario del Tesoro, Timothy Geithner, pidió el sábado "una acción rápida y agresiva" de parte de los europeos para superar la debacle que amenaza su economía.
Estados Unidos presiona por un "cortafuegos" lo más grande posible en función de las capacidades europeas y sugiere, junto con el FMI, que se combine el actual Fondo Europeo de Estabilidad Financiera con el MES, con lo que la zona euro podría contar con unos 750.000 millones de euros.
Pero Alemania ha advertido que se mantendrá en los márgenes de la ortodoxia presupuestal y monetaria. "No tiene ningún sentido en términos económicos hacer caso a los llamados de inyectar dinero sin fin en los fondos de rescate", subrayó Schaeuble.
El mexicano Angel Gurría, secretario general de la OCDE, dijo el sábado en un foro alterno al G20 que más de allá de la cifra, lo que importa es "tener un cortafuegos grueso, un cortafuegos alto, un cortafuegos amplio, un gran cortafuegos que sea creíble".
Hasta el momento, la única cifra definida que se conoce es el pedido del FMI para reforzar sus arcas: el organismo quiere reunir unos 500.000 millones de dólares adicionales que reforzarían su capacidad de préstamo en particular para países en dificultades.
Hasta ahora, la zona euro es la única que se ha comprometido con un aporte al Fondo, de 150.000 millones de euros (unos 202.000 millones de dólares). Estados Unidos por su parte, se manifiesta contrario a dar más dinero al organismo con sede en Washington.

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