lunes, 6 de febrero de 2012

Grecia negocia para evitar su quiebra, mientras la UE le advierte que está "fuera de plazo"

BRUSELAS.- El primer ministro Lucas Papademos trataba el lunes de alcanzar un acuerdo para salvar a Grecia de la quiebra, bajo la doble presión de la Unión Europea, que advirtió que la negociación ya está "fuera de plazos", y de los sindicatos, que convocaron a un paro general para el martes.

El lunes por la noche, mientras que una primera manifestación de la oposición de izquierda desfilaba por las calles de Atenas contra las reformas, Papademos se reunió con la troika de acreedores institucionales del país: la Unión Europea (UE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La esperanza de concluir el lunes un acuerdo político en la alianza gubernamental, formada por el partido socialista, de Giorgos Papandreu, el conservador, de Antonis Samaras, y la extrema derecha, de Giorgos Karatzaferis, sobre la medidas a aplicar se fue por la borda. La reunión prevista fue aplazada al martes, según una fuente gubernamental.
"Las negociaciones continúan. Aún hay temas por solucionar", afirmó una fuente gubernamental para justificar este nuevo plazo.
Desde hace meses, el Gobierno griego batalla con sus acreedores privados para obtener una quita de 100.000 millones de los 350.000 millones de euros de deuda pública y con sus acreedores públicos para la materialización de un segundo plan de rescate de 130.000 millones.
Estas dos negociaciones interconectadas tienen por objetivo evitar una rápida quiebra de Grecia y rebajar el nivel de su endeudamiento para que sea algo más sostenible (de casi 160% del PIB en la actualidad a 120% en 2020) .
Sin acuerdos, Grecia podría suspender pagos el 20 de marzo, fecha en la que vencen obligaciones por valor de 14.500 millones de euros.
Para desbloquear el segundo rescate y aprobar la condonación de 100.000 millones de euros de deuda en manos privadas, el trío UE-BCE-FMI exige un compromiso explícito con el programa de ajustes por parte de los jefes de los partidos socialista, Giorgos Papandreou, conservador, Antonis Samaras, y de extrema derecha, Giorgos Karatzaferis.
Pero la poción es amarga y genera fuertes resistencias políticas y sociales.
Los tres dirigentes han mostrado reticencias a comprometerse con esas medidas que, además, podrían agravar una recesión que dura desde 2008.
Y las dos grandes centrales sindicales griegas (GSEE, en el sector privado, y ADEDY en el público) llamaron a una huelga general de 24 horas y a una manifestación el martes en el centro de Atenas.
Las nuevas medidas de ajuste "son la crónica de una muerte anunciada (...), el objetivo es desmontar todo el derecho laboral y reducir los salarios del 20% al 30%, además de los recortes ya efectuados", declaró el presidente de la GSEE, Iannis Panagopulos.
ADEDY y la GSEE ya organizaron seis huelgas generales en 2011, sin doblegar la determinación de los acreedores de Grecia de exigir cada vez más esfuerzos al país.
En Atenas, unas 5.000 personas manifestaron este lunes respondiendo a un llamado de la izquierda comunista y radical.
Las negociaciones ya quitaron la paciencia de los acreedores. En esta lucha contrarreloj, la Comisión Europea (ejecutivo de la UE) advirtió que las negociaciones están ya "fuera de plazos".
"La verdad es que ya estamos fuera de plazos", dijo el portavoz comunitario Amadeu Altafaj. "Se tienen que tomar decisiones y la pelota está del lado de los griegos", añadió.
Al mismo tiempo, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, instaron a los griegos a "respetar escrupulosamente" sus compromisos.
"Los griegos asumieron compromisos que deben respetar escrupulosamente, no hay otra opción", dijo Merkel en conferencia de prensa conjunta con Sarkozy en París. La canciller expresó el deseo de que Grecia "permanezca en el euro", pero advirtió que Atenas no recibirá nuevas ayudas si no llega a un acuerdo con la UE y el FMI.
Pero a pesar del atraso de las negociaciones la prensa apostaba este lunes a un acuerdo final del trío político griego que autorizaría a Papademos cerrar en paralelo un acuerdo final sobre la reestructuración de la deuda con los acreedores privados.
"No perdimos toda la esperanza. Esperamos que para el miércoles a la noche las negociaciones estén cerradas" entre Grecia y sus acreedores públicos, indicó el lunes por la noche una fuente diplomática europea.
Las interminables dilaciones para resolver el caso griego lastraron el lunes a las bolsas europeas, que terminaron con moderadas bajas, tras cuatro sesiones en alza la semana pasada. El euro también se vio afectado y siguió perdiendo terreno ante el dólar, ligeramente por encima de 1,31 dólares.
Sin embargo seguía imperando la distensión en el mercado de obligaciones, con una reducción el lunes por la tarde de las tasas italianas a 10 años (a 5,59%, de 5,68% el viernes), mientras las españolas subían muy ligeramente (4,99%, de 4,95%).

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