viernes, 17 de febrero de 2012

Hace falta más trabajo para acordar el rescate a Grecia

ATENAS.- Los líderes europeos se mostraron optimistas el viernes por que Grecia podría asegurar un nuevo paquete de rescate por 130.000 millones de euros, aunque admitieron que todavía queda mucho trabajo por hacer para cumplir la meta del recorte de deuda.

Jean-Claude Juncker, presidente del Eurogrupo y que el lunes tendrá una crucial reunión de ministros de Finanzas de la zona euro, dijo que los esfuerzos por reducir la carga de deuda de Grecia de un 160 a un 120 por ciento del PIB en 2020 aún están "muy lejos".
"Estamos muy lejos de ese objetivo. Todas las decisiones que tendré (...) hasta el domingo por la noche intentarán mover la cifra para acercarla a la meta", aseguró Juncker a periodistas en Luxemburgo.
El primer ministro griego, Lucas Papademos, había hablado antes con los líderes de la zona euro para tratar de persuadir a Alemania y otros países de que respalden las medidas de rescate necesarias para impedir que el país caiga en bancarrota.
La canciller alemana, Angela Merkel, el primer ministro italiano, Mario Monti, y Papademos esperan con optimismo que el acuerdo se concrete el lunes en la reunión del Eurogrupo, según dijo el Gobierno de Roma después de una teleconferencia entre los tres líderes.
El primer ministro griego también conversó con su par holandés, Mark Rutte, y la televisión estatal dijo que buscaría mantener negociaciones con sus socios de la zona euro para "crear un ambiente positivo con vistas a la reunión del lunes y despejar las dudas que puedan minar este acuerdo".
Un breve mensaje de Rutte en su cuenta de Twitter dijo simplemente sobre la teleconferencia con Papademos: "Le he dicho que el pueblo griego debe cumplir con todas las demandas para recibir el nuevo programa".
Las acusaciones cruzadas entre Atenas y otras capitales han enrarecido la atmósfera y tensado las relaciones dentro de la zona euro, que se enfrenta a su mayor desafío desde la instauración de la moneda única en 2002.
Las negociaciones se encarrilaron el jueves, cuando Atenas acordó con la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional 3.300 millones de euros en recortes presupuestarios aprobados el domingo, cuando manifestantes quemaron y saquearon edificios en la capital.
Las acciones mundiales tocaron el viernes un máximo de seis meses y medio y el euro se mantenía por encima de los mínimos recientes, en medio del optimismo puesto en la aprobación del rescate griego esperado para el lunes.
La incertidumbre se centra en una evaluación de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI, que pronostica que la deuda griega bajará a cerca del 129 por ciento del PIB en 2020, por encima del objetivo del 120 por ciento establecida en octubre.
Aunque antes se había establecido una meta del 125 por ciento que sería aceptable para buena parte de los miembros de la unión monetaria, harían falta nuevas medidas incluso para alcanzar ese objetivo.
El Banco Central Europeo está considerando permitir que los bonos griegos que se encuentran en carteras de inversión de los bancos centrales de la zona euro queden sujetos a las mismas amortizaciones que asumirán los inversores privados, según dijeron algunas fuentes.
Los bancos centrales de la zona euro tienen cerca de 20.000 millones de euros en bonos griegos en sus carteras tradicionales de inversión.
Estos bonos son independientes de los 40.000 millones de euros en deuda que el BCE lleva comprados en el marco de su programa de adquisición de bonos que comenzó en mayo de 2010. El BCE está intentando construir un anillo de defensa para proteger a estas compras de las amortizaciones.
Tres fuentes de bancos centrales de la zona euro dijeron que se está debatiendo dentro del BCE el tema de la asunción de pérdidas en el marco de la reestructuración de la deuda griega.
Una de las fuentes sostuvo que había un "50 y 50" de posibilidades de que hubiera un acuerdo, agregando que la única limitación de tiempo sobre la decisión es el canje con los acreedores privados, que se concretaría a inicios de la semana próxima.
Otras ideas para ayudar a que Atenas cumpla con sus metas de recorte de deuda a largo plazo incluyen reducir el tipo de interés de la zona euro de sus créditos bilaterales con Grecia, incrementar la oferta actual de financiación del programa de 130.000 millones de euros y pedir a los inversores privados que acepten más pérdidas.
Grecia necesita fondos por valor de 14.500 millones de dólares para cubrir el pago de bonos que vencen el 20 de marzo.
"El escenario que intentamos lograr es que Grecia cumpla con todas las medidas y exigencias necesarias impuestas por la comunidad internacional a fin de tener un acuerdo sobre la totalidad del programa, sin divisiones", dijo a periodistas el ministro de Finanzas holandés, Jan Kees de Jager.
"Ciertamente si eso no funciona tendremos que pensar en escenarios alternativos", agregó Jager, que el jueves dijo que Holanda, Alemania y Finlandia habrían vetado el acuerdo de rescate cuya aprobación estaba prevista para el miércoles, antes de que Atenas estableciera recortes extra.
No obstante, además de la desconfianza de las capitales europeas, el Gobierno griego también se enfrenta a hostilidades en casa.
Decenas de miles de personas protestaron frente al Parlamento y manifestantes airados prendieron fuego a edificios en el centro de Atenas a principios de esta semana, cuando el Parlamento aprobó el paquete de recortes adicionales exigido por los prestamistas.
Los sindicatos han convocado otra manifestación para el domingo.

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