sábado, 31 de marzo de 2012

La zona euro cumple con su parte y espera ahora un gesto de FMI y G-20

PARÍS.- La zona euro espera ahora un gesto de los países del G20 y del Fondo Monetario Internacional (FMI) para proseguir la lucha contra la crisis de la deuda, tras entender que cumplió con su parte al reforzar su mecanismo de rescate financiero.

Después de intensas negociaciones, los 17 países de la Unión Monetaria acordaron el viernes en Copenhague dotarse de un 'cortafuegos' de un total teórico de 800.000 millones de euros, algo más de un billón de dólares.
La decisión es sin embargo menos ambiciosa que lo esperado: la zona euro sólo dispondrá de hecho de 500.000 millones de euros en dinero fresco.
Se trata de una suma modesta para acudir en ayuda de un país como España, cuyas desviaciones presupuestarias suscitan preocupación.
Pero este acuerdo, varias veces postergado, es desde luego positivo para la zona euro que puede esperar a cambio la ayuda de sus socios internacionales.
"La idea es tener un doble cortafuegos, una respuesta europea y una respuesta internacional coordinada por el FMI con el aumento de sus recursos", subrayó el sábado el ministro francés de Finanzas, François Baroin, al margen de una reunión con sus homólogos europeos.
A fines de 2011, la Unión Europea (UE) había lanzado un desesperado llamado al resto del mundo para otorgar más medios al FMI, y con ellos hacer frente a la crisis de la deuda que amenazaba entonces la existencia misma de la zona euro.
Al dar su respuesta, la institución de Washington y varios países del G20 pusieron como condición previa a cualquier aumento de los recursos del FMI que el fondo de rescate europeo fuera a su vez reforzado.
El mensaje chocó con el rechazo de Alemania, primera economía y primer contribuyente de la zona euro, harta de volver a tener que pagar por sus socios europeos.
Finalmente, Berlín decidió flexibilizar su posición.
"Hemos respondido a nuestros socios del G20 (foro de países ricos y emergentes) y esperamos que esta decisión abrirá la vía a un incremento de los recursos del FMI en abril", declaró el viernes el Comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn.
En el mismo sentido, Jorg Asmussen, del directorio de Banco Central Europeo (BCE), consideró que los europeos "habían cumplido con su deber", y que ahora la pelota estaba en el campo del FMI.
En Washington, las primeras reacciones fueron positivas: la directora general del FMI, Christine Lagarde, que hizo campaña en favor de un refuerzo del cortafuegos de la zona euro, saludó una decisión que "apoyará los esfuerzos" de su institución "para incrementar sus recursos disponibles".
Igual satisfacción reinaba del lado del Tesoro estadounidense.
Pese a estos buenos augurios, "aún habrá debates en el seno del G20 sobre este asunto, pero vamos en la buena dirección", aseguró Baroin.
El FMI adoptará su decisión definitiva en una reunión del 20 al 22 de abril.
Para poner todas las cartas de su lado, la zona euro confirmó el viernes que iba a suministrar 150.000 millones de euros al FMI para alimentar sus fondos, tal y como se había comprometido el pasado mes de diciembre.
La idea, al principio, era que otros países europeos exteriores a la zona euro aportaran también su parte, bajo forma de 50.000 millones de euros en préstamos. Pero este compromiso no ha sido confirmado.
El FMI dispone actualmente de una capacidad de préstamos de 296.000 millones de euros. En enero pasado, la institución afirmó que buscaba sumas para incrementar su capacidad de préstamos en unos 500.000 millones de dólares.

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