viernes, 30 de marzo de 2012

Monti sigue adelante con las reformas y calma a los partidos

ROMA.- El primer ministro italiano, Mario Monti, intentó el viernes aliviar las crecientes tensiones con los partidos que apoyan a su Gobierno no electo en el Parlamento, pero prometió seguir adelante con reformas laborales a las que se resisten los sindicatos y la centroizquierda.

Después de una luna de miel de cuatro meses tras su nombramiento para detener una inminente crisis fiscal, Monti se enfrenta a serias críticas a su propuesta de facilitar que las compañías despidan trabajadores.
El mayor sindicato de Italia, la CGIL, planea una huelga contra el proyecto y el Partido Democrático (PD) de centroizquierda, que habitualmente apoya a Monti, amenazó con forzar al primer ministro a dar marcha atrás en sus planes.
"Vamos a llevar a cabo estas políticas para la reforma estructural del país con determinación", dijo Monti a SkyTG24 durante una visita a Asia.
"Por supuesto que vamos a prestar toda la atención posible en la actual crisis financiera a tener en cuenta el gran sufrimiento social que ha habido", agregó.
El primer ministro repitió que no habría necesidad de tomar nuevas medidas de austeridad, después del paquete de 33.000 millones de euros con recortes del gasto y aumentos de impuestos que fue aprobado en diciembre para recuperar el control de las finanzas públicas y tranquilizar a los mercados.
Sin embargo, se ha visto obligado a tomar medidas para calmar una tormenta política menor en el país, después de un comentario en Japón aparentemente destinado a los políticos que tardaron en respaldar sus planes de reforma.
"El Gobierno cuenta con el apoyo en las encuestas de opinión, los partidos no", dijo Monti a periodistas en Tokio.
En una carta abierta publicada el viernes en el diario Corriere della Sera, Monti señaló que lamentaba la mala interpretación de sus declaraciones.
"(Los comentarios) tuvieron la intención de subrayar el hecho de que incluso en un período político difícil, las fuerzas políticas italianas se están mostrando fuertes y capaces de cuidar los intereses del país", sostuvo.
El líder del PD, Pier Luigi Bersani, alabó la carta de Monti, pero demandó que abandone un elemento central de la reforma, un cambio que eliminaría el derecho automático de reincorporar a los trabajadores despedidos sin justificación.
"Éste es un punto básico para nosotros que tiene que ver con los derechos de los ciudadanos y los trabajadores", dijo a periodistas en Roma.

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