lunes, 16 de abril de 2012

La volatilidad de los precios de los alimentos desestimula las inversiones agrícolas

LA HABANA.- La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), aseveró hoy que la volatilidad de los precios de los alimentos desestimula la inversión en el sector.

  Ese desincentivo se origina, tanto en los agricultores como en los inversionistas, agregó una nota de ese organismo divulgada aquí por su Oficina en La Habana.

Para el Oficial de la FAO, Salomón Salcedo, la volatilidad de los precios reduce la efectividad para asignar recursos de fuentes públicas y privadas y genera inestabilidad política.

Indicó que esto último redunda en decisiones que pueden afectar el crecimiento económico a largo plazo. Las respuestas de los países de la región para reducir el mencionado impacto se exponen en un boletín de la FAO, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

El documento es fruto de cuatro diálogos de alto nivel efectuados en Chile, El Salvador, Trinidad y Tobago y México, que analizaron el fenómeno mundial y sus efectos sobre la región.

Según el director general del IICA, Víctor M. Villalobos, el apoyo a la agricultura familiar y la vinculación de los pequeños productores a los mercados, es fundamental para combatir la pobreza.

También, dijo, contribuye al amento de la seguridad alimentaria y nutricional en la región.

Para producir más, con menos recursos y en un contexto de cambio climático, se requiere innovar, para lo cual es necesario promover más inversiones y el fortalecimiento institucional, sostuvo el directivo.

En los diálogos, los países destacaron la necesidad de aumentar la transparencia y competencia en los mercados de alimentos.

También otorgaron gran relevancia a la reducción de la vulnerabilidad de los consumidores ante shocks de precios y al desarrollo de un enfoque regional para la seguridad alimentaria.

En ese sentido se resaltó la importancia de la cooperación regional en programas de protección social, alimentación, bancos de alimentos y redes de protección social.

Respecto al financiamiento a la agricultura, en particular a la familiar, se señala lo indispensable de contar con instituciones que puedan aportar crédito comercial, capital de riesgo y seguro en caso de pérdidas.

De acuerdo con el Banco Mundial (BM), en el orbe el encarecimiento de los alimentos provocó un aumento de 44 millones de personas en condición de extrema pobreza, desde junio de 2010, en los países de bajos y medianos ingresos.

En el ámbito macroeconómico, tal volatilidad impacta en la inflación, pues los alimentos tienen un gran peso dentro de la canasta básica.

Asimismo ello afecta la balanza comercial, sobre todo en países importadores netos de esos productos y el tipo de cambio en el caso especial de las naciones con alta participación de los alimentos en las exportaciones y el balance fiscal.

Entre los consumidores, el incremento de las cotizaciones mencionadas eleva la cantidad de personas que se encuentran bajo la línea de pobreza y en condiciones de inseguridad alimentaria.

Esto último tiene efectos sobre la desnutrición crónica infantil, que pueden resultar devastadores a largo plazo.

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