REYKIAVIK.- Pocas sospechas puede causar ver a un geólogo recorriendo las
maravillas naturales de roca, fuego y hielo en Islandia, a menos que ese
geólogo sea el primer ministro chino.
Wen Jiabao se calzó las botas de montaña y se puso un
cortavientos rojo el fin de semana mientras visitaba por primera vez el
paisaje islandés al inicio de una visita por Europa. Con la misma
admiración de un turista, hizo un gesto de aprobación con el pulgar
hacia arriba mientras la fuerza del géiser Strokkur impulsaba agua y
vapor por el aire.
En Islandia, la visita del "abuelo Wen" ha causado cierta
inquietud respecto a lo que China, la segunda economía más grande del
mundo y la nación más poblada, busca realmente en la isla.
Los temores en Islandia se centran en el poder económico de China
y su falta de democracia, en un estado que se jacta de tener el
Parlamento más antiguo del mundo.
"No olviden que hemos estado aislados en los márgenes del tosco
Atlántico durante siglos. Islandia siempre es un poco aprensiva respecto
a otras naciones", dijo a Reuters el ministro de Relaciones Exteriores,
Ossur Skarphedinsson.
El interés de China en generar lazos con un país rico en recursos
no es un secreto para nadie. Los empresarios chinos también han estado
buscando oportunidades en una Europa debilitada por la crisis financiera
global, una crisis que Islandia sintió con mucha fuerza.
El calentamiento global también podría redibujar el mapa
geopolítico cerca de Islandia, ya que el derretimiento de los hielos
podría permitir algún día el tráfico trans-Polar, abriendo nuevas y
rápidas rutas para exportadores chinos y europeos.
Islandia desenrolló la alfombra roja para honrar la primera
visita de un primer ministro chino, dejando claro su satisfacción con
que Wen iniciara su visita europea en el país, que posee una población
de 320.000 personas, con lo que apenas calificaría como una pequeña
ciudad en China.
Líderes empresariales se mostraron optimistas ante la visita. La
firma local Orka Energy firmó un acuerdo con la china Sinopec sobre
energía geotérmica. La cobertura en la prensa islandesa ha sido
generalmente positiva.
Sin embargo, algunos islandeses no están muy contentos con la visita.
"¡Liberen a Islandia!", escribió alguien en letras gigantes fuera
de un recinto donde el primer ministro chino cenó con sus 100
acompañantes, palabras que recordaban la consigna "Liberen al Tibet".
En una señal de precaución, Islandia rechazó la oferta de un
multimillonario chino para comprar un terreno en el noreste del país,
argumentando restricciones a las propiedades extranjeras.
La embajada de China desestimó los temores respecto a motivos
ocultos en la visita de Wen, además de los recelos de algunos
islandeses, cuyo país logró la independencia de Dinamarca apenas en
1944.
"Es un geólogo, y dijo que si no venía a Islandia sería una pena", dijo Su Ge, embajador de China en Islandia.
Wen, de 69 años, no habló de política mientras consultaba sobre
los tipos de roca y la formación de la piedra basalto a partir de lava
volcánica.
"Es hermoso", dijo Wen en inglés, tras bajar de su minibús en el
lugar donde colisionan las placas tectónicas de América del Norte y
Eurasia.
Wen se graduó del Instituto de Geología de Pekín tras especializarse en estructuras geológicas, según su biografía oficial.
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