MADRID.- La agencia de rating Standard & Poor's dijo el viernes que
observa una probabilidad nula de que España suspenda pagos, pese a que
el jueves rebajó en dos escalones la calificación soberana de España a
'BBB+', solo tres pasos por encima de la categoría de bonos basura.
"Un rating de triple B es un rating en categoría de inversión,
que indica que realmente no hay una probabilidad de impago", dijo Myriam
Fernández de Heredia, directora de ratings soberanos de S&P para
África y Europa, en una conferencia telefónica para explicar la rebaja a
la prensa.
S&P rebajó el jueves la calificación de la deuda española a
largo plazo en dos escalones a 'BBB+' desde 'A' y la situó en
perspectiva negativa, citando las expectativas de que el déficit
presupuestario se deteriore más de lo previsto debido a la contracción
económica y la debilidad del sector bancario.
La agencia señaló que actualmente existe "una mayor probabilidad
de que el Gobierno tenga que aportar apoyo adicional al sector
financiero".
España se ha situado en el centro de las tensiones de la crisis
de deuda de la eurozona debido al temor de que el país necesite ayuda
externa para recapitalizar a sus bancos, cuyos balances se han visto muy
erosionados por el estallido de la burbuja inmobiliaria y han llevado
al actual Gobierno a exigir nuevos saneamientos considerados
insuficientes por parte de los analistas.
"Lo que estamos observando es que el marco actual según el cual
el FGD (Fondo de Garantía de Depósitos, un vehículo financiado por los
bancos que en principio está previsto que cubra los agujeros del sector)
está otorgando garantías parciales sobre la pérdidas potenciales... el
tamaño de este o su capacidad financiera (para cubrir) eventuales
pérdidas no es de tal magnitud (como para poder afrontarlas)", dijo en
una conferencia el director de rating soberano de S&P, Marco Mrsnik.
"Lo que creemos cada vez más probable es que el Estado le otorgue
un aval o de alguna manera asuma los riesgos implícitos en la
reestructuración del sector bancario según el marco actual", añadió.
Mrsnik lamentó que en estos momentos no exista en Europa una
supervisión unificada o un mecanismo para que los bancos puedan recibir
ayudas de manera directa.
"Uno de los mecanismos de los que estamos hablando es una
consolidación de la supervisión bancaria a nivel europeo y también
mecanismos de apoyo a las instituciones financieras de los países
miembros desde un nivel europeo", indicó.
"El tema es cómo hacer para que este tipo de mecanismo se pueda
establecer para acudir directamente a apoyar el sistema o una entidad
financiera y esto actualmente no existe", dijo.
S&P no prevé que el paro remita en mucho tiempo en España -un
panorama similar al que ve el Gobierno español según el cuadro
macroeconómico presentado el viernes-, uno de los motivos por los que no
cree que la economía se recupere con fuerza en los próximos años.
"Realmente estamos hablamos de recuperación de la actividad, pero
un crecimiento todavía bastante reducido que no podrá generar creación
de empleo neto hasta posiblemente la segunda mitad de la década", dijo
Fernández.
Para este año la agencia prevé que la tasa de paro alcance el 25
por ciento este año y suba medio punto más el año que viene, para
estabilizarse y bajar en los siguientes ejercicios.
La reciente reforma del mercado de trabajo, que abarata el
despido y permite la rebaja de salarios, gusta a los directivos de
S&P, que no obstante reconocieron que a corto plazo los efectos
sobre el empleo serán negativos.
"Lo que vamos a ver es un impacto negativo (...) de alguna manera
el mercado de trabajo se verá afectado a corto plazo por estas medidas,
sin embargo como consecuencia de varias áreas de la legislación pueden
dar buen respaldo a la creación de empleo a medio plazo", señaló
Fernández.
El viernes se conoció que la tasa de paro de la encuesta de la
población activa (EPA) subió en España en el primer trimestre de este
año hasta niveles de hace 18 años en un entorno económico de recesión.
En los próximos "días o semanas" S&P dará a conocer el número
de organismos públicos y empresas españolas, particularmente del sector
financiero, que se verán afectadas por el recorte en la calificación
del Reino de España.
"Como toda bajada de rating de un Estado soberano, donde hay
empresas, instituciones financieras, compañías de seguros, gobiernos
regionales y locales con calificaciones, pues esto puede tener un
impacto sobre los mismos", dijo Fernández.
"La respuesta corta es sí, habrá impacto, la magnitud de este
impacto se publicará en breve", contestó a preguntas de periodistas.
Según la definición de "perspectiva negativa" de la agencia,
existe una probabilidad de alrededor de un 30 por ciento o más de que
S&P baje el rating de España en los dos próximos años.
"Es un horizonte temporal de dos años a partir del momento en el
que se otorga la perspectiva negativa lo que no quiere decir que se
tenga que esperar estos dos años (...) las calificaciones siempre están
siendo revisadas", dijo la directiva.
Curiosamente, una de las razones por las que S&P podría
rebajar la deuda de España de nuevo sería un incremento del ratio
deuda/PIB por encima del 80 por ciento -en este caso con un horizonte de
acción de tres años-, un nivel que el Gobierno prevé rondar en 2013 y
superar en 2014, según el cuadro macroeconómico presentado el viernes.
Según Moritz Kraemer, jefe de calificaciones europeas de S&P, los bancos españoles podrían convertirse en una carga para el Estado además de advertir que si la ratio de la deuda española empeora mucho más que el nivel actual, entonces podría haber nuevas rebajas el rating.
"Es cierto que lo que más preocupa ahora a los mercados financieros es el nivel de déficit de las Comunidades Autónomas y el fuerte contingente de activos inmobiliarios que hay en poder de los bancos españoles", agregó el analista.
El estallido de la burbuja inmobiliaria en España, coincidente con la crisis de la economía global desatada hace más de cuatro años, ha sumergido a España en una larga y profunda crisis económica en forma de una tímida 'w'.
Después de que la economía doméstica saliera de una recesión en el primer trimestre de 2010, justo dos años después parece que ha vuelto a encadenar dos trimestres de contracción económica o, lo que es lo mismo, a una nueva recesión.
Según Moritz Kraemer, jefe de calificaciones europeas de S&P, los bancos españoles podrían convertirse en una carga para el Estado además de advertir que si la ratio de la deuda española empeora mucho más que el nivel actual, entonces podría haber nuevas rebajas el rating.
"Es cierto que lo que más preocupa ahora a los mercados financieros es el nivel de déficit de las Comunidades Autónomas y el fuerte contingente de activos inmobiliarios que hay en poder de los bancos españoles", agregó el analista.
El estallido de la burbuja inmobiliaria en España, coincidente con la crisis de la economía global desatada hace más de cuatro años, ha sumergido a España en una larga y profunda crisis económica en forma de una tímida 'w'.
Después de que la economía doméstica saliera de una recesión en el primer trimestre de 2010, justo dos años después parece que ha vuelto a encadenar dos trimestres de contracción económica o, lo que es lo mismo, a una nueva recesión.
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