viernes, 27 de abril de 2012

S&P no ve peligro de impago en España

MADRID.- La agencia de rating Standard & Poor's dijo el viernes que observa una probabilidad nula de que España suspenda pagos, pese a que el jueves rebajó en dos escalones la calificación soberana de España a 'BBB+', solo tres pasos por encima de la categoría de bonos basura.

"Un rating de triple B es un rating en categoría de inversión, que indica que realmente no hay una probabilidad de impago", dijo Myriam Fernández de Heredia, directora de ratings soberanos de S&P para África y Europa, en una conferencia telefónica para explicar la rebaja a la prensa.
S&P rebajó el jueves la calificación de la deuda española a largo plazo en dos escalones a 'BBB+' desde 'A' y la situó en perspectiva negativa, citando las expectativas de que el déficit presupuestario se deteriore más de lo previsto debido a la contracción económica y la debilidad del sector bancario.
La agencia señaló que actualmente existe "una mayor probabilidad de que el Gobierno tenga que aportar apoyo adicional al sector financiero".
España se ha situado en el centro de las tensiones de la crisis de deuda de la eurozona debido al temor de que el país necesite ayuda externa para recapitalizar a sus bancos, cuyos balances se han visto muy erosionados por el estallido de la burbuja inmobiliaria y han llevado al actual Gobierno a exigir nuevos saneamientos considerados insuficientes por parte de los analistas.
"Lo que estamos observando es que el marco actual según el cual el FGD (Fondo de Garantía de Depósitos, un vehículo financiado por los bancos que en principio está previsto que cubra los agujeros del sector) está otorgando garantías parciales sobre la pérdidas potenciales... el tamaño de este o su capacidad financiera (para cubrir) eventuales pérdidas no es de tal magnitud (como para poder afrontarlas)", dijo en una conferencia el director de rating soberano de S&P, Marco Mrsnik.
"Lo que creemos cada vez más probable es que el Estado le otorgue un aval o de alguna manera asuma los riesgos implícitos en la reestructuración del sector bancario según el marco actual", añadió.
Mrsnik lamentó que en estos momentos no exista en Europa una supervisión unificada o un mecanismo para que los bancos puedan recibir ayudas de manera directa.
"Uno de los mecanismos de los que estamos hablando es una consolidación de la supervisión bancaria a nivel europeo y también mecanismos de apoyo a las instituciones financieras de los países miembros desde un nivel europeo", indicó.
"El tema es cómo hacer para que este tipo de mecanismo se pueda establecer para acudir directamente a apoyar el sistema o una entidad financiera y esto actualmente no existe", dijo.
S&P no prevé que el paro remita en mucho tiempo en España -un panorama similar al que ve el Gobierno español según el cuadro macroeconómico presentado el viernes-, uno de los motivos por los que no cree que la economía se recupere con fuerza en los próximos años.
"Realmente estamos hablamos de recuperación de la actividad, pero un crecimiento todavía bastante reducido que no podrá generar creación de empleo neto hasta posiblemente la segunda mitad de la década", dijo Fernández.
Para este año la agencia prevé que la tasa de paro alcance el 25 por ciento este año y suba medio punto más el año que viene, para estabilizarse y bajar en los siguientes ejercicios.
La reciente reforma del mercado de trabajo, que abarata el despido y permite la rebaja de salarios, gusta a los directivos de S&P, que no obstante reconocieron que a corto plazo los efectos sobre el empleo serán negativos.
"Lo que vamos a ver es un impacto negativo (...) de alguna manera el mercado de trabajo se verá afectado a corto plazo por estas medidas, sin embargo como consecuencia de varias áreas de la legislación pueden dar buen respaldo a la creación de empleo a medio plazo", señaló Fernández.
El viernes se conoció que la tasa de paro de la encuesta de la población activa (EPA) subió en España en el primer trimestre de este año hasta niveles de hace 18 años en un entorno económico de recesión.
En los próximos "días o semanas" S&P dará a conocer el número de organismos públicos y empresas españolas, particularmente del sector financiero, que se verán afectadas por el recorte en la calificación del Reino de España.
"Como toda bajada de rating de un Estado soberano, donde hay empresas, instituciones financieras, compañías de seguros, gobiernos regionales y locales con calificaciones, pues esto puede tener un impacto sobre los mismos", dijo Fernández.
"La respuesta corta es sí, habrá impacto, la magnitud de este impacto se publicará en breve", contestó a preguntas de periodistas.
Según la definición de "perspectiva negativa" de la agencia, existe una probabilidad de alrededor de un 30 por ciento o más de que S&P baje el rating de España en los dos próximos años.
"Es un horizonte temporal de dos años a partir del momento en el que se otorga la perspectiva negativa lo que no quiere decir que se tenga que esperar estos dos años (...) las calificaciones siempre están siendo revisadas", dijo la directiva.
Curiosamente, una de las razones por las que S&P podría rebajar la deuda de España de nuevo sería un incremento del ratio deuda/PIB por encima del 80 por ciento -en este caso con un horizonte de acción de tres años-, un nivel que el Gobierno prevé rondar en 2013 y superar en 2014, según el cuadro macroeconómico presentado el viernes.
Según Moritz Kraemer, jefe de calificaciones europeas de S&P, los bancos españoles podrían convertirse en una carga para el Estado además de advertir que si la ratio de la deuda española empeora mucho más que el nivel actual, entonces podría haber nuevas rebajas el rating.
"Es cierto que lo que más preocupa ahora a los mercados financieros es el nivel de déficit de las Comunidades Autónomas y el fuerte contingente de activos inmobiliarios que hay en poder de los bancos españoles", agregó el analista.
El estallido de la burbuja inmobiliaria en España, coincidente con la crisis de la economía global desatada hace más de cuatro años, ha sumergido a España en una larga y profunda crisis económica en forma de una tímida 'w'.
Después de que la economía doméstica saliera de una recesión en el primer trimestre de 2010, justo dos años después parece que ha vuelto a encadenar dos trimestres de contracción económica o, lo que es lo mismo, a una nueva recesión.

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