viernes, 27 de abril de 2012

Holanda, de país cumplidor a un acuerdo agónico para cuadrar las cuentas

LA HAYA.- Holanda ha resucitado del atasco político causado por la caída del Gobierno y ha logrado un acuerdo agónico para cuadrar las cuentas, de forma que incluso a la espera de las elecciones anticipadas, convocadas hoy para el 12 de septiembre, puede seguir siendo un alumno modélico en la Unión Europea.

La retirada del apoyo al Gobierno por parte del partido xenófobo Partido para la Libertad (PVV) ha provocado que se recupere el espíritu de consenso característico de los holandeses, y en 48 horas el Ejecutivo en funciones ha podido acordar con parte de la izquierda ajustes que en siete semanas no pudo lograr con el líder antimusulmán, Geert Wilders.
Las medidas -que prevén un ahorro de 12.000 millones de euros para rebajar el déficit a un exacto 3 % en 2013- contemplan subir el IVA hasta el 21%; acelerar el aumento de la edad de jubilación a los 66 años en 2019 y a los 67 en 2021 y congelar los salarios de los funcionarios.
En materia laboral, prevén la flexibilización del despido y que sea el empresario el que pague los seis primeros meses de paro.
Además, no serán deducibles las hipotecas sobre viviendas que no incluyan cláusulas de amortización, y se duplican los impuestos a la banca.
De este modo, La Haya (uno de los pocos países de la zona euro que por ahora mantiene la nota máxima de las agencias de calificación) quiere demostrar que puede aplicar en su casa las mismas normas que hasta ahora ha exigido a otros países como Grecia, Portugal o España.
Según las previsiones, Holanda podrá cumplir sus compromisos con la UE de que el déficit presupuestario no supere el 3 % del Producto Interior Bruto (PIB) en 2013.
"Este acuerdo es único", dijo el primer ministro en funciones, Mark Rutte, durante el debate parlamentario que concluyó en la madrugada de este viernes, recordando que Holanda "no sigue las directrices de Bruselas" -como dice el xenófobo Geert Wilders- sino que está convencida de la necesidad de sanear las arcas públicas y lo lleva a sus últimas consecuencias.
A pesar de que Holanda disfruta de una de las cifras de paro más bajas de la UE (5,9 %), su Gobierno se vio en la necesidad de aplicar recortes a causa del empeoramiento de las previsiones, desencadenado por el efecto de la crisis de la deuda internacional.
Con una economía en receso desde medidos de 2011, los pronósticos del déficit público se dispararon, con un aumento desde el 4,2 % actual al 4,6 % del PIB en 2013 si no se aplicaban ajustes complementarios a los 18.000 millones de euros aprobados al principio de esta legislatura, en 2010.
También empeoraron las previsiones de crecimiento, ya que para 2012 se calcula que el PIB bajará un 0,75 % y que hasta 2014 no se volverá a las cifras de antes de la crisis.
El acuerdo para cerrar el programa de ajuste y tratar de revertir este panorama permitirá, de momento, que Holanda cumpla el plazo de presentación de las reformas en Bruselas, el próximo lunes.
Sin embargo, este acuerdo de urgencia parece tener fecha de caducidad, ya que su aplicación dependerá del espectro político que surja después de la celebración de las elecciones anticipadas.
Rutte reconoce que "los pactos se mantendrán hasta que empiece el período de formación de un nuevo Gobierno", en el que el actual primer ministro liberal podría repetir en el cargo, ya que los sondeos le siguen dando como favorito.
Sin embargo, al igual que los anteriores comicios, la formación de coaliciones no será fácil, sobre todo teniendo en cuenta que son los extremos del espectro político, los socialistas de izquierda por un lado y los xenófobos por el otro, ambos antieuropeístas, los que ganan fuerza.
En cuanto a la actual segunda fuerza política, los socialdemócratas, también será difícil que se alíen con los liberales, como demuestra que no hayan apoyado el último paquete de ajustes.

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