WASHINGTON.- El líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, John Boehner, culpó al presidente Barack Obama de los altos precios de los combustibles.
Como parte de la respuesta de los conservadores al discurso sabatino del mandatario por radio e Internet, el legislador instó al Senado, con mayoría demócrata, a votar las leyes centradas en le tema energético aprobadas por la Cámara baja.
En el Senado se han estancado docenas de proyectos de ley, varios de los cuales pondrían en práctica una nueva estrategia energética para hacer frente a los crecientes precios de la gasolina y ayudar a crear puestos de trabajo, afirmó Boehner.
El representante aseguró que habló hace un mes con el gobernante sobre la política energética y este se comprometió con los líderes del Congreso para generar un espacio común de discusiones.
Fue un signo de esperanza, pero, por desgracia, muy breve; desde entonces los precios de los carburantes han continuando incrementándose, señaló.
Desafío al presidente Obama para que haga realidad su retórica y exijo al Senado que avance en la votación de los proyectos de ley bipartidistas sobre energía aprobados por la Cámara, defendió.
Boehner también instó a Obama a permitir una mayor extracción de petróleo en territorio federal.
Los altos precios de los carburantes generan fuertes acusaciones contra el jefe de gobierno desde hace semanas por los conservadores.
Analistas estiman que tal repunte en los costos de la gasolina responde a la inestabilidad en los mercados debido a las sanciones de Washington y naciones occidentales contra Irán motivadas por su programa nuclear con fines pacíficos y ante el peligro de un eventual conflicto armado con la nación persa.
La Casa Blanca alega que los republicanos confían demasiado en la extracción de petróleo como forma de disminuir los precios de los combustibles.
El propio mandatario ha reconocido que no se puede aspirar a un combustible barato disponiendo del dos por ciento de las reservas mundiales de hidrocarburos y consumiendo el 20 por ciento de la producción de petróleo del orbe.
La administración demócrata apuesta por incrementar la eficiencia en el consumo de petróleo y el desarrollo de fuentes de energía alternativas como forma de reducir la dependencia de las importaciones petroleras.
Entre demócratas y republicanos subsisten asimismo enconadas diferencias respecto a la instalación del oleoducto Keystone XL, el cual conectaría a Canadá con Texas, en la costa del Golfo de México.
El gobierno apoya la construcción de una parte de la tubería (Oklahoma-Texas), pero alega que la parte norte carece de los permisos ambientales para establecer una ruta a través del estado de Nebraska.
Como parte de la respuesta de los conservadores al discurso sabatino del mandatario por radio e Internet, el legislador instó al Senado, con mayoría demócrata, a votar las leyes centradas en le tema energético aprobadas por la Cámara baja.
En el Senado se han estancado docenas de proyectos de ley, varios de los cuales pondrían en práctica una nueva estrategia energética para hacer frente a los crecientes precios de la gasolina y ayudar a crear puestos de trabajo, afirmó Boehner.
El representante aseguró que habló hace un mes con el gobernante sobre la política energética y este se comprometió con los líderes del Congreso para generar un espacio común de discusiones.
Fue un signo de esperanza, pero, por desgracia, muy breve; desde entonces los precios de los carburantes han continuando incrementándose, señaló.
Desafío al presidente Obama para que haga realidad su retórica y exijo al Senado que avance en la votación de los proyectos de ley bipartidistas sobre energía aprobados por la Cámara, defendió.
Boehner también instó a Obama a permitir una mayor extracción de petróleo en territorio federal.
Los altos precios de los carburantes generan fuertes acusaciones contra el jefe de gobierno desde hace semanas por los conservadores.
Analistas estiman que tal repunte en los costos de la gasolina responde a la inestabilidad en los mercados debido a las sanciones de Washington y naciones occidentales contra Irán motivadas por su programa nuclear con fines pacíficos y ante el peligro de un eventual conflicto armado con la nación persa.
La Casa Blanca alega que los republicanos confían demasiado en la extracción de petróleo como forma de disminuir los precios de los combustibles.
El propio mandatario ha reconocido que no se puede aspirar a un combustible barato disponiendo del dos por ciento de las reservas mundiales de hidrocarburos y consumiendo el 20 por ciento de la producción de petróleo del orbe.
La administración demócrata apuesta por incrementar la eficiencia en el consumo de petróleo y el desarrollo de fuentes de energía alternativas como forma de reducir la dependencia de las importaciones petroleras.
Entre demócratas y republicanos subsisten asimismo enconadas diferencias respecto a la instalación del oleoducto Keystone XL, el cual conectaría a Canadá con Texas, en la costa del Golfo de México.
El gobierno apoya la construcción de una parte de la tubería (Oklahoma-Texas), pero alega que la parte norte carece de los permisos ambientales para establecer una ruta a través del estado de Nebraska.
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