jueves, 26 de abril de 2012

Portugal conmemora la Revolución de los Claveles entre divisiones y polémicas


LISBOA.- Portugal recordó este miércoles el 38º aniversario de la Revolución de los Claveles, que marcó el inicio de la democracia el 25 de abril de 1974, con polémicas ausencias en los actos oficiales y protestas en las calles contra los ajustes del Gobierno.

El jefe del Estado luso, Aníbal Cavaco Silva, presidió la ceremonia celebrada en el Parlamento e instó a los portugueses a reivindicar la imagen del país en el extranjero.
"En este 25 de abril, mi intervención tiene un objetivo preciso y una razón práctica: exhortar a todos nuestros conciudadanos a corregir la falta de información o hasta la desinformación que existe en el extranjero sobre el país que somos", señaló.
Además, defendió que "la paz y la cohesión social" son decisivas para la recuperación de Portugal, que atraviesa la peor crisis económica desde el comienzo de la democracia.
El mensaje de Cavaco, quien el año pasado en el mismo acto pidió unidad junto al resto de presidentes de la historia democrática de Portugal, se vio ensombrecido por los sillones vacíos en el Parlamento, entre ellos los que habitualmente ocupan los militares que protagonizaron el levantamiento hace 38 años.
Por primera vez faltó a los homenajes oficiales la "Asociación 25 de Abril", creada por los soldados sublevados para defender la memoria de lo sucedido en aquella fecha histórica y propagar "los valores democráticos".
La organización justificó su ausencia en los severos recortes realizados por el Ejecutivo luso, que, en su opinión, están "en contra de los ideales" defendidos en la revolución que terminó con el régimen dictatorial de Antonio Salazar, perpetuado en la figura de Marcelo Caetano.
Este argumento llevó a los militares a conmemorar esta fecha participando en una manifestación por las principales calles del centro de Lisboa que terminó con un sobrio acto final en la plaza del Rossio.
Históricos líderes socialistas -como el que fuera primer ministro y jefe de Estado Mário Soares y su último candidato a las elecciones presidenciales, Manuel Alegre- se ausentaron igualmente, en señal de rechazo al programa de ajustes del Gobierno.
Bajo un cielo plomizo y con lluvia intermitente, miles de personas recorrieron la Avenida de la Libertad, la principal de la capital portuguesa, con claveles rojos en la mano y gritando consignas como "El pueblo unido jamás será vencido".
El presidente de la "Asociación 25 de Abril", el coronel Vasco Lourenco, encabezó la marcha junto a un camión de combate, emblema de la revolución, y criticó abiertamente al Gobierno, de signo conservador, durante su discurso final.
"El poder no es del elegido, sino del que elige, y por eso el elegido no puede venderse al poder económico y financiero (...) Los elegidos ya no representan a la sociedad portuguesa", dijo sin soltar el clavel de la mano.
A su lado estaban dirigentes políticos y líderes sindicales, entre ellos el secretario general de la Confederación General de Trabajadores Portugueses (CGTP), Arménio Carlos.
El socialista Alegre, por su parte, explicó en declaraciones a los periodistas que prefirió salir a la calle antes que ir al Parlamento a los actos oficiales porque el estado del bienestar conquistado aquel 25 de abril "está en entredicho" y para solidarizarse con las críticas de los militares de la revolución.
El dirigente del Bloque de Izquierda, Francisco Louca, rechazó también el discurso del presidente Cavaco Silva por olvidar "los sacrificios" del pueblo portugués en esta crisis.

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