NUEVA YORK/LONDRES.- JPMorgan perdió 15.000 millones de dólares en valor de mercado, al
tiempo que cayó un escalón su calificación crediticia, mientras un coro
de reguladores y políticos atacaron a la entidad luego de que admitiera
que sufrió una sorpresiva pérdida de 2.000 millones de dólares (1.540
millones de euros) por malas operaciones de mercado.
El senador republicano Bob Corker de Tennessee pidió una
audiencia por las pérdidas del mayor banco de Estados Unidos, mientras
que la jefa de la comisión de valores, Mary Schapiro, dijo a
periodistas: "Es seguro decir que todos los reguladores están
concentrados en esto".
La debacle avivó nuevos temores sobre los grandes bancos e
impulsó al presidente de la Reserva Federal de Dallas, Richard Fisher, a
pedir la escisión de los cinco mayores bancos del país por entender que
no tienen una política adecuada para manejar el riesgo.
La caída en los valores de JPMorgan se extendió a buena parte del
sector bancario. Los papeles de Citigroup perdieron un 4,2 por ciento,
los de Goldman Sachs descendieron un 3,9 por ciento y los de Bank of
America cayeron un 1,9 por ciento.
Sin embargo, las acciones de JPMorgan fueron de lejos las peores,
al caer un 9,3 por ciento con unos 212 millones de papeles, el mayor
volumen en su historia.
Por la tarde Fitch Ratings rebajó en un escalón la calificación de JPMorgan Chase a "A+" desde "AA-".
"Fitch considera que el tamaño de la pérdida es manejable. Dicho
eso, la magnitud de la pérdida y la evolución de estas posiciones
implica una falta de liquidez", dijo la agencia.
"También genera interrogantes relativos al apetito por riesgo de
JPMorgan, el marco para el manejo del riesgos, las prácticas y la
supervisión; todos ellos factores claves para el crédito", añadió.
En tanto, Standard & Poor's bajó su panorama para la
calificación de JPMorgan Chase & Co. y sus subsidiarias a negativo
desde estable.
"Lo que me preocupa es la gestión de riesgo, su envergadura, su
alcance", dijo Fisher de la Fed de Dallas en respuesta a una pregunta
sobre el caso JPMorgan. "¿En qué momento se llega al punto en que no se
sabe lo que está sucediendo? Ese es el punto en que se es demasiado
grande", agregó.
El consejero delegado de JPMorgan, Jamie Dimon, reconoció que las
perdidas, que podrían subir 1.000 millones más, estaban ligadas a una
infoormación del Wall Street Journal del mes pasado sobre el operador
Bruno Iksil, apodado "La Ballena de Londres", que, informó el diario,
acumuló una excesiva posición contra la que apostaban los fondos de
cobertura.
Iksil, que se graduó en ingeniería en París en la Ecole Centrale
en 1991, no estuvo disponible para hacer comentarios. El francés, y la
presidencia de inversiones (CIO) donde trabaja, son conocidos por
operadores rivales por asumir posiciones extremadamente largas.
Un amigo y ex colega de JPMorgan dijo que Iksil y su equipo no
estaban realizando operaciones con dinero del propio banco de forma
encubierta y que sus actividades eran conocidas en los más altos
niveles.
"El presidente de inversiones (CIO) no realiza operaciones por
cuenta propia, dejemos eso en claro (...) Involucra el tomar posiciones
en la forma de inversiones, operaciones y coberturas contra riesgos
crediticios, u otros, con el propósito de reequilibrar los riesgos en
las hojas de balance de JP Morgan", dijo el ex colega.
"La información viene desde el nivel mas alto y ni siquiera creo
que a miembros del equipo del CIO del nivel de Bruno se les de una idea
completa", añadió.
La presidencia de inversiones está dirigida por Ina Drew, con sede en Nueva York, que es presidenta ejecutivo de inversiones.
Iksil ingresó a la unidad de la presidencia de inversiones para
dirigir su mesa crédito, una clase de activos que no había abarcado
previamente, dijo una persona que trabajó en la unidad.
Forjó importantes posiciones a lo largo de varios años a través
de operaciones que fueron evaluadas por la gerencia y las pérdidas
probablemente son consecuencia de una combinación de estas operaciones
que salieron mal, dijo la persona.
La mesa de la CIO ha crecido rápidamente en los últimos cinco
años y ha tenido una amplia libertad para operar en un gran rango de
productos financieros, siendo la única excepción los productos básicos,
agregó.
JPMorgan anunció que desde finales de marzo la presidencia de
inversiones había tenido significativas pérdidas por ajuste a valor de
mercado de su cartera de crédito sintético.
Si bien otras ganancias compensaron parcialmente la pérdida de
intermediación, el banco estima que la unidad de negocios registrará una
pérdida de 800 millones de dólares en el actual trimestre. El banco
había pronosticado previamente que la unidad tendría una ganancia de
alrededor de 200 millones de dólares.
Dimon dijo que el problema era la forma en que se había realizado
la estrategia de cobertura, describiéndola como "inefectiva,
precariamente vigilada, y pobremente construida".
La posición del banco continua siendo sólida. Ha estado
obteniendo cada trimestre una ganancia de más de 4.000 millones de
dólares durante los últimos dos años, y a finales de marzo tenía 2,32
billones de dólares en activos.
"Esta es una acción valorada debido a la confianza que tienen los
inversores en el (manejo) de riesgo de JPM y parte de lo que perdió
ayer", escribieron analistas de Citi en una nota a clientes.
Citi redujo su precio objetivo para la acción a 45 dólares desde
52 dólares. Nomura redujo su precio objetivo a 50 dólares desde 55
dólares, mientras que Goldman Sachs lo rebajó a 48 dólares desde 50
dólares.
FBR Capital Markets rebajó su recomendación sobre el título en un escalón a "desempeño igual al de mercado".
Goldman Sachs, que redujo el precio objetivo para la acción de
JPMorgan a 48 dólares, dijo que aunque el impacto directo de la pérdida
es manejable, las implicancias generales son negativas porque destacan
el difícil ambiente operativo y generan dudas acerca del escrutinio de
los reguladores.
Las acusaciones de que los operadores en los bancos asumen
riesgos excesivos con el capital propio a fin de obtener mayores
bonificaciones ha sido uno de los principales impulsores de las
regulaciones del Gobierno estadounidense desde la última crisis
financiera.
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