MADRID.- El Gobierno español afronta una crisis de confianza entre los
nerviosos inversores tras admitir que el déficit
público de 2011 fue mayor de lo que previamente se había dicho por el
ajuste de las cuentas en tres regiones.
España revisó el déficit público de 2011 al 8,9 por ciento del
Producto Interior Bruto desde una cifra previa del 8,5 por ciento del
PIB, una cifra bastante superior al objetivo original del 6 por ciento.
Las tres comunidades autónomas que han revisado los datos,
Madrid, Valencia y Castilla y León, están gobernadas por el Partido
Popular, lo que supone un revés para el presidente del Gobierno, Mariano
Rajoy, que ha culpado en buena parte a los socialistas de la
incapacidad para controlar las cuentas.
"Eso es un desastre mayúsculo y va a dar un golpe muy serio a la
credibilidad de España. No me sorprendería si vemos un nuevo salto
cualitativo en la prima de riesgo el lunes. Me dejó helado cuando lo vi.
Lo peor que podría pasarnos en este momento era algo como esto. Lo
peor", dijo el economista y profesor de la Universidad Carlos III
Antonio Cabrales.
El rendimiento que España paga por los bonos a diez años ha
crecido hasta niveles no vistos en seis meses en la última semana, cerca
de cifras consideradas insostenibles, en medio de las preocupaciones
sobre el sector bancario y la posibilidad de que Grecia pueda verse
forzada a dejar la zona euro.
El Gobierno tomó el control del cuarto mayor banco del país,
Bankia, acosado por su exposición al sector inmobiliario, alimentando
las preocupaciones sobre el potencial coste público de una potential
reorganización del sector bancario.
La economía española ha estado en recesión, o estancada, desde
que estalló la burbuja inmobiliaria hace cuatro años y pese a las
previsiones de que el PIB se contraerá un 2 por ciento este año, el
Gobierno ha aplicado profundos recortes para cumplir con los objetivos
fiscales fijados por Europa.
El Gobierno aseguró el viernes, tras presentar los datos
revisados, que el país cumplirá con sus objetivos, pero muchos
economistas dicen que será imposible cumplirlos sin condenar a la
economía a una recesión más profunda.
"La credibilidad de la política fiscal ha quedado hecha añicos,
no porque el Gobierno esté evadiendo sus responsabilidades, sino porque
no es factible el ajuste fiscal que se está exigiendo cuando la economía
está en recesión", dijo Nicholas Spiro, de Spiro Sovereign Strategies.
Rajoy ha aprobado medidas de austeridad por alrededor de 45.000
millones de euros para reducir el déficit al 5,3 por ciento del PIB este
año, y se verá forzado a hacer más recortes el próximo año para
alcanzar un objetivo del 3 por ciento del PIB.
La desviación del déficit, heredada del Gobierno socialista
anterior, que perdió en las urnas en noviembre pasado, se debió en parte
al gasto de las 17 comunidades, que representan alrededor de la mitad
del total de gastos.
"El Gobierno lo que quería era que las comunidades autónomas
sacaran todas las facturas que tuvieran. Al gobierno no le preocupan
ahora las cuatro décimas porque no es un déficit recurrente, que vaya a
reproducirse en el año 2012", dijo una fuente del Ministerio de
Hacienda.
Sin embargo, dado que la confianza de la cuarta economía de la
eurozona está en entredicho, la admisión de los errores en la
contabilidad no servirá para recuperar esa fe.
"Hemos vivido otra semana crucial en la que la prima de riesgo ha
tocado el máximo histórico y situaciones como el nuevo descontrol de
las cuentas autonómicas explican perfectamente por qué los inversores
nos tienen en su punto de mira," dice el diario El Mundo.
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