domingo, 6 de mayo de 2012

La actual democracia griega se precipita hacia los extremos como respuesta a los ajustes

ATENAS.- Los dos partidos partidarios de la austeridad, PASOK (socialista) y Nueva Democracia (derecha) quedaron lejos de la mayoría (entre el 31 y el 37% de votos) en las legislativas celebradas este domingo en Grecia, donde la izquierda contraria al ajuste quedó como segunda fuerza.

Según los sondeos a pie de urna, Nueva Democracia (ND) obtendría entre el 17 y el 20% de los votos, por el 33,5% logrado en las últimas legislativas celebradas en 2009.
El PASOK quedaría con entre el 14 y el 17% de los votos, contra el 43,9% que obtuvo en 2009 y podría ser superado, incluso, por el partido de la izquierda radical Syriza, a la que los sondeos otorgan entre el 15,5 y el 18,5% (4,6% hace tres años).
De confirmarse estos resultados, resultaría casi imposible repetir el gobierno de coalición de los dos partidos mayoritarios, que gobiernan en coalición desde noviembre de 2011, partidarios de continuar la política de austeridad dictada por la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La ola de contestación contra la austeridad que marcó la campaña electoral explicaría el aumento de la pequeña formación de la izquierda radical Syriza, que se opone a los draconianos programas de austeridad impuestos por la UE y el FMI.
"Syriza es claramente el segundo partido", dijo el veterano analista político Iliaa Nikolakopulos en el canal de televisión Mega, quien apuntó que la izquierda radical alcanzará el 17% de los votos, justo por detrás de ND, que lograría el 19%.
Otro aumento espectacular sería el del partido neonazi Chryssi Avghi (Amanecer Dorado), que entraría por primera vez en el Parlamento, con entre el 6 y el 8% de los votos (por encima del 3% necesario para entrar en la cámara legislativa). En las últimas legislativas de 2009, sólo obtuvo el 0,29% de los votos.
"Es un terremoto político lo que sacude a los partidos políticos", estimó uno de los dirigentes de ND, Panos Panagiotopulos, al canal de televisión Mega.
Ello puede poner en duda la capacidad de Grecia para respetar los acuerdos alcanzados con sus socios europeos, a cambio de recibir ayuda financiera para sanear las cuentas públicas.
"No consideramos que los sondeos a la salida de las urnas vayan a dar el resultado final, nos va a dar una imagen del paisaje político que se irá afinando a medida que avance la noche", advirtió no obstante Nikolakopulos.
Unos 9,8 millones de griegos estaban llamados este domingo a unas elecciones para renovar el Parlamento, unos comicios marcados por la contestación a la política de austeridad y a la implosión del viejo sistema político, lo que podría poner en cuestión los esfuerzos por recuperar el país en el seno de la zona euro.
El líder de los conservadores, Antonis Samaras, deberá tener la posibilidad de formar gobierno.
Según la Constitución, el mandato para lograr un gobierno de alianzas se otorga, en primer lugar, al partido que gana las elecciones y posteriormente, en caso de fracaso, a los dos siguientes, con un plazo de una decena de días.
Tras haber votado, el actual primer ministro, Lucas Papademos, trató de disipar la amenaza de la inestabilidad política, mostrándose confiado en la formación de un nuevo gobierno "esta misma semana".
Como ilustración del clima de excepción que ha vivido el país durante toda la campaña, una treintena de neonazis irrumpieron en seis oficinas electorales de la capital para intimidar a los militantes de izquierda, denunció la pequeña formación de extrema izquierda Antarsya. La policía atribuyó estos ataques a miembros de Amanecer Dorado, un partido durante mucho tiempo semiclandestino y conocido por sus agresiones contra inmigrantes que, según los sondeos, entrará en el Parlamento. Este partido se opone al acuerdo firmado por Grecia con sus acreedores y rechaza reembolsar la deuda pública.
La entrada en el Parlamento de este partido constituye un choque en este país que vivió la ocupación nazi y una dictadura militar entre 1967 y 1974.

Destrucción del equilibrio

Los resultados de las elecciones legislativas en Grecia han descompuesto el precario sistema de alianzas político al no arrojar un ganador contundente. La coalición de defensa del plan de rescate del FMI/UE formada por la conservadora Nueva Democracia --el partido más votado-- y el PASOK se ha disuelto por la debacle de los socialistas griegos, que ceden a la coalición radical y anti-rescate SYRIZA el puesto de segunda fuerza del país.
   El PASOK ha apelado a la formación de un gobierno de concentración para cumplir con los términos del rescate, pero ha descartado seguir manteniendo un ejecutivo sólo con Nueva Democracia. Mientras, SYRIZA también ha abogado por una coalición, aunque conformada por los partidos de izquierda, para configurar un nuevo sistema político que supere las políticas de recorte.
   Para complicar aún más la situación el líder conservador, Antonis Samaras, ha supeditado el respaldo de su partido al Gobierno de unidad favorable al plan de rescate a que se renegocie el plan de rescate, uno de los peores escenarios concebidos por el Fondo Monetario Internacional.
   El partido conservador Nueva Democracia y su actual socio de gobierno, el Partido Socialista Panhelénico (PASOK), sumarían 153 diputados solo tres por encima de los necesarios para tener la mayoría absoluta en el Parlamento griego, según los resultados oficiales correspondientes al 51,47 por ciento del escrutinio.
   En concreto, Nueva Democracia ha logrado el 20,02 por ciento de los sufragios, equivalentes a 111 escaños, por delante de la Coalición de la Izquierda Radical (SYRIZA), que se situaría en un histórico segundo lugar con el 16,09 por ciento de los votos y 49 diputados.
   En tercer lugar se encuentra el PASOK, que ha logrado el 13,75 por ciento de las papeletas y 42 representantes, apenas por delante de Griegos Independientes, otra formación contraria a los recortes que suma 32 diputados (10,45 por ciento de los votos).
   El quinto partido más votado ha sido el Partido Comunista de Grecia (KKE), que consigue 26 diputados gracias al 8,36 por ciento de los sufragios, y el ultraderechista Amanecer Dorado (6,87 por ciento y 21 diputados). El último partido que supera el 3 por ciento y logra así representación parlamentaria es Izquierda Democrática, que ha obtenido el 6 por ciento de las papeletas y 19 representantes.
   El primero en hablar ha sido Evangelos Venizelos, quien ha descrito el resultado como un castigo de las políticas de austeridad que se vio obligado a adoptar como ministro de Economía del país.
   El dirigente socialdemócrata ha defendido un gobierno de "unidad nacional en el que deberían entrar las fuerzas proeuropeas", favorables al rescate "para contar con la legitimidad política y la aceptación en el exterior", ha declarado, según recogen los medios griegos. Sin embargo ha descartado un gobierno del "viejo sistema de dos partidos" y descarta así una coalición formada únicamente por el PASOK y Nueva Democracia.
   El líder conservador Antonis Samaras se ha declarado dispuesto a asumir la responsabilidad de liderar el "gobierno de salvación" que concentre a todos los partidos favorables al plan de rescate de la UE/FMI, pero ha impuesto dos condiciones: la permanencia en el euro y la renegociación del plan de rescate para "proporcionar crecimiento y alivio a la sociedad griega", justo lo que más temía el Fondo Monetario Internacional, quien ha exigido al Gobierno de Atenas que cumpla con sus obligaciones intactas.
   "El FMI pedirá al nuevo Gobierno que cumpla con sus compromisos. "Los principales partidos políticos se comprometieron con los grandes objetivos del programa", declaró el viernes el director de Relaciones Exteriores del FMI, Gerry Rice. "Las cosas no han cambiado en este sentido".

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