PARÍS.- Jens Weidmann, presidente del Bundesbank y
miembro del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE), dice
estar "un poco irritado" con el debate suscitado alrededor de los
eurobonos, ya que estos instrumentos no resolverían la crisis y sólo
tienen sentido como culminación de un largo proceso.
"Me irrita un poco el debate (...) Creer que los eurobonos
resolverán la actual crisis es una ilusión", afirma el banquero alemán
en una entrevista concedida al diario 'Le Monde', donde apunta que "uno
no le confía a nadie su tarjeta de crédito si no va a tener la capacidad
de controlarle el gasto".
En este sentido, Weidmann señala que los eurobonos sólo tienen
sentido como culminación de un largo proceso que requiere, entre otras
cosas, cambios en las constituciones de varios países, así como reformas
en los tratados para alcanzar una mayor integración presupuestaria.
"La mutualización de la deuda no es una herramienta acertada para
estimular el crecimiento y causaría problemas tanto legales como
económicos. No creo que pudieramos resolver la crisis de deuda mediante
más deuda al margen de los presupuestos regulares, el crecimiento
requiere reformas estructurales", añade el 'halcón' del BCE.
De hecho, el presidente del Bundesbank se muestra poco dispuesto a
apoyar la fórmula de los llamados 'bonos de proyectos', señalando que
se trataría de una nueva respuesta "keynesiana" que no respondería a los
problemas de deuda y falta de competitividad de varias economías
europeas en problemas.
"Cada mes surgen grandes ideas para afrontar la crisis antes de
desaparecer al mes siguiente. Ahora son los bonos de proyectos además de
los problemas de financiación... No estoy seguro de que sea la falta de
infraestructuras lo que impide el crecimiento en estos países. No he
visto ningún análisis serio al respecto", señala.
Así, Weidmann subraya que, además de la falta de competitividad en
algunos países, el principal problema de la eurozona sigue siendo la
deuda de los estados, por lo que no hay que embarcarse en una nueva
ronda de gasto.
"Los países primero deben recuperar la confianza del mercado, la
credibilidad. Se deben poner en práctica las reformas prometidas y no
retrasárlas constantemente", añade.
En este sentido, el banquero recuerda que "decir que se está a
favor del crecimiento es como decir que se apoya la paz mundial", ya que
la cuestión debe ser cómo conseguir un crecimiento sostenible, algo que
representa un pilar de los programas europeos de ajuste y que pasa por
pliacar reformas estructurales. "Desviarse de lo decidido es peligroso",
apostilla.
Por otro lado, el presidente del Bundesbank y uno de los dos
representantes de Alemania en el consejo del BCE, advierte de que el
'guardián del euro' ha llegado al límite de su mandato, especialmente
con las medidas no convencionales adoptadas que han disparado el balance
del banco central, generando riesgos para los contribuyentes,
especialmente de Alemania y Francia.
"Los gobiernos deben asumir sus responsabilidades, no subcontratar
la política monetaria", señala Weidmann, subrayando la necesidad de no
someter la política monetaria a la política fiscal, ya que se dañaría la
credibilidad del BCE, además de que "la financiación monetaria de los
Estados está, por buenas razones, prohibida por los tratados".
De este modo, el presidente del Bundesbank defiende que un
banquero central "debe tener su propia brújula", ya que los mercados
financieros "cambian de opinión cada dos semanas".
"Un día que siempre piden más, el otro día se quejan de las
consecuencias de lo que recibieron", afirma al ser cuestionado por las
subastas de liquidez a largo plazo del BCE (LTRO).
"Estos préstamos han ayudado a ganar tiempo, pero no resuelven las
causas estructurales de la crisis. Como la morfina, alivian el dolor,
pero no curan la enfermedad, incluso pueden tener efectos secundarios,
tales como retrasar los ajustes en el sector bancario", concluye.
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