BRUSELAS.- Los ministros de Economía de los Veintisiete
han fracasado, tras 16 horas de negociaciones, en su intento de lograr
un acuerdo sobre la nueva norma de la UE cuyo objetivo es reforzar el
capital de los bancos y aumentar así su resistencia frente a futuras
crisis.
El ministro de Economía británico, George Osborne --que pedía más
libertad para fijar unilateralmente requisitos de capital más exigentes
para sus entidades nacionales-- ha rechazado el último compromiso
presentado por la presidencia danesa alegando que le haría parecer "un
idiota" ante la opinión pública, la industria y los socios
internacionales.
La ministra danesa, Margrethe Vestager, ha sostenido al término de
la reunión que el acuerdo está "muy cerca" y que sólo quedan pendientes
"temas técnicos" para confirmar el compromiso durante la próxima
reunión del Ecofin que se celebrará el 15 de mayo.
El principal punto de discrepancia ha sido el grado de
flexibilidad que se debe permitir a cada país, cuestión que enfrenta a
Reino Unido, Suecia y Polonia, que reclaman poder exigir requisitos
extra de capital a sus bancos, con Francia, Italia y la Comisión, que
defienden una armonización máxima en la UE para evitar distorsiones de
competencia.
La última propuesta de la presidencia danesa deja libertad a los
Estados miembros para pedir a sus bancos un recargo adicional de capital
del 5 por ciento sobre su exposición a créditos nacionales. Al mismo,
introduce un procedimiento de mediación obligatoria a cargo de la
Autoridad Bancaria Europea si un país se siente perjudicado por el
aumento de capital decretado por otro Estado miembro.
"Sólo una o dos delegaciones estuvieron en desacuerdo al final y
por eso es importante que hagamos una verificación técnica y confirmemos
este compromiso cuando nos reunamos en una quincena", ha dicho la
ministra danesa.
"Reino Unido no ha podido dar su visto bueno al texto final, pero
yo espero que será posible más tarde", ha explicado por su parte el
comisario de Servicios Financieros, Michel Barnier. La Comisión mantiene
por su parte dos reservas a la propuesta danesa por considerar que
incluye excesiva flexibilidad.
El momento más tenso de la negociación se ha vivido en el último
debate público, con un enfrentamiento directo entre Osborne y la
presidencia y la Comisión. El ministro británico ha sostenido que el
compromiso final no respeta las normas internacionales de Basilea III al
relajar la definición de capital y que aceptarlo le haría parecer "un
idiota".
Ha esgrimido que representa a "la mayor industria bancaria" de la
UE y que su país alberga el centro financiero más importante y ha
reprochado a la presidencia que no se reuniera en ningún momento con él
para atender sus preocupaciones.
Barnier le ha replicado que el compromiso sí cumple las reglas de
Basilea, aunque adaptadas a las "especificidades" de los 8.300 bancos
europeos. Ha acusado a Londres de buscar una "flexibilidad total y
permanente" que equivaldría a escapar de la norma y ha defendido la
importancia de las entidades no británicas.
Cuatro horas más de negociaciones a puerta cerrada no han servido para desbloquear la situación.
El ministro español de Economía, Luis de Guindos, ha dejado la
reunión a primera hora de la tarde del miércoles tras asegurar que la
presidencia danesa había respondido a sus preocupaciones y defender que
los bancos españoles ya superan los requisitos de capital previstos en
la nueva norma de la UE.
La norma en cuestión tiene como objetivo incorporar a la
legislación de la UE las reglas internacionales de Basilea III. Para
ello, fija un capital del 8 por ciento de los activos ponderados por
riesgo. De este capital, la cuota que debe ser de la mayor calidad
('common equitiy tier 1') aumenta del 2 por ciento al 4,5 por ciento y
el 'tier 1' del 4 por ciento al 6 por ciento.
Además de estos requisitos, la norma introduce dos colchones de
capital: uno del 2,5 por ciento idéntico para todas las entidades de la
UE y un colchón anticíclico, que se alimentará durante los buenos
momentos y se consumirá durante las crisis, con un tope también del 2,5
por ciento.
La propuesta de compromiso de la presidencia danesa permite a los
reguladores nacionales exigir a sus bancos un tercer colchón de hasta el
5 por ciento de capital sobre su exposición nacional. Reino Unido,
Suecia y Polonia piden mayor libertad alegando que es necesaria para
proteger a los contribuyentes de futuros rescates, ya que la factura es
nacional y no europea.
En contraste, Italia, Francia y la Comisión quieren más
armonización en los requisitos de capital alegando que lo contrario
distorsiona el mercado interior. Dar libertad total a cada país podría
tener efectos negativos sobre los bancos de otros Estados miembros, han
alegado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario