miércoles, 23 de mayo de 2012

Confianza y asco / Javier Cuervo

El capitalismo está bajo la presión de los ciudadanos y no ofrece ninguna confianza. El ministro Luis de Guindos, responsable de Lehman Brothers para Es paña y Portugal hasta el mismo día en que los empleados sacaron a las calles de Nueva York la cajita con el portarretratos de su futuro ex conyuge, quiere que los activos de los bancos españoles sean analizados por la consultora estadounidense Oliver Wyman, que calificó de mejor banco del mundo al Anglo Irish Bank dos años antes de que tuviera que ser nacionalizado para que el pueblo irlandés pagara las pérdidas de sus estúpidos gestores. Wyman también recomendó a Citigroup que comprara masivamente hipotecas basura.

Se quiere un evaluador externo e independiente porque el Ministro que estuvo en el consejo de administración del Banco Mare Nostrum, ya veremos, hasta que le dieron la cartera no se fía del Banco de España, el regulador español, cuyo gobernador, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, reñía a los trabajadores que conseguían que se les subiera la inflación mientras los bancos y cajas españoles avalaban y promovían la construcción en desiertos interiores y en octava línea de playa.

El descrédito del Banco de España, que es más que su gobernador, le lleva a confiar en empresas privadas con intereses desconocidos, y el denuesto de su máximo dirigente despista de Rodrigo Rato, el presidente de Bankia, banco del que se ha nacionalizado la parte podrida y para cuyo saneamiento harán falta 12.000 millones de euros (en castellano antiguo, dos billones de pesetas). Rato, que cobraba 2,34 millones de euros al año para llevar adelante este fracaso, ¡y ha elegido sucesor!, dimitió por razones personales como director gerente del Fondo Monetario Internacional, organismo que incluye en sus objetivos reducir la pobreza, mientras se cebaba la mayor crisis económica desde 1929. También donde no hay confianza da asco.

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