MADRID.- El Pleno del Congreso de los Diputados ha
emplazado al Gobierno español a "continuar emprendiendo cuantas acciones sean
necesarias para tender hacia una mayor integración económica y política e
ir avanzando en el estudio de fórmulas que, en un futuro, pudieran
plantear como objetivo la mutualización de la deuda pública de los
países que compartimos la Unión Monetaria".
Así lo han acordado el PSOE, PP, CC-NC, UPyD, PNV, CiU y FAC en un
texto que sustituye a una iniciativa socialista pidiendo al Gobierno
que presione en todos los foros internacionales para crear eurobonos, y
que ha sido votado en sesión plenaria en la Cámara baja.
Además, en la iniciativa final se recoge la "decidida" voluntad
del Congreso de "seguir trabajando conjuntamente para establecer las
bases comunes de una política europea orientada a la estabilidad y el
crecimiento, de tal manera que los intereses de España sean ampliamente
compartidos por el conjunto de fuerzas parlamentarias y puedan ser
defendidos por todas ellas, en todos los foros y ante todas las
instituciones con una misma estrategia y una sola voz".
Ésa ha sido la redacción pactada finalmente, en la que no tiene
cabida la petición de eurobonos que hacían los socialistas en su texto
inicial. El portavoz económico del PSOE, Valeriano Gómez, ha sido el
encargado de defender la propuesta de pedir en la zona Euro un sistema
de eurobonos "compatible con la situación económica y financiera" de los
países como el nuestro.
"Lo importante es que se abra paso la discusión en Europa y
logremos una solución compartida", ha añadido, advirtiendo que, de no
ser así, no se logrará el respaldo de la ciudadanía al euro y el
proyecto de construcción europea acabará decayendo.
"No podemos seguir con este sistema (asimétrico) porque dará
muerte al euro en un desierto de liquidez que terminará ahogando a los
países del sur. Las amenazas a nuestra moneda única sólo pueden
conjurarse con un mayor y más decidido apoyo público", ha insistido.
El diputado 'popular' Gabriel Elorriaga ha ofrecido una enmienda
al PSOE con el objetivo de que el Congreso exprese una "voluntad común"
de trabajar "conjuntamente" en el establecimiento de una política
europea "orientada a la estabilidad y el crecimiento", si bien ha
recordado que los eurobonos sólo sería un segundo paso de esa estrategia
ya que es "algo que no se puede hacer inmediatamente ni es un objetivo a
corto plazo".
El portavoz económico de UPyD, Álvaro Anchuelo, ha expresado el
apoyo de su grupo a la propuesta porque "la crisis tiene una raíz
europea y tiene que tener una salida europea", aunque ha alertado de que
iniciativas como los eurobonos "crean un sistema de incentivos
perversos porque no hay incentivos para que (las administraciones) dejen
de endeudarse indefinidamente".
Por parte de CiU, Josep Sánchez Llibre ha reprochado que los
socialistas planteen esta idea cuando "nunca fue aceptada por el
anterior Gobierno", si bien "por pragmatismo y objetividad" votarán a
favor de la misma. Eso sí, ha avisado de que "algo que tendría que
servir para bajar la prima de riesgo" provocará probablemente el efecto
contrario porque "dará una señal a los mercados internacionales de que
España sufre una crisis mucho más importante de lo que se demuestra".
Por eso, ha pedido "prudencia" y acuerdo entre los grupos parlamentarios
en este tipo de iniciativas.
La Izquierda Plural (IU-ICV-CHA) se ha quedado fuera del acuerdo y
ha optado por la abstención. La diputada Laia Ortiz ha justificado su
decisión en que "la crisis de la deuda pública es una fase más de la
crisis, por lo que abordarla como algo independiente no es suficiente".
"Partimos de un modelo fiscal insostenible, un sobreendeudamiento
privado y una falta de modelo productivo. Y en Europa, hay déficits de
construcción europea, y Angela Merkel y la derecha europea están
utilizando la crisis como excusa para desintegrar Europa", ha añadido.
Así, ha apostado por la creación de los eurobonos en el largo
plazo, pero un fondo de mutualización de deuda para abordar el problema
en el corto plazo. Asimismo, ha reclamado un "giro" con respecto de la
apuesta única por la austeridad con la flexibilización de los
calendarios previstos y más convergencia en la UE en materia de presión
fiscal o de presupuesto común.
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