DUBLÍN.- Más de tres millones de irlandeses están
llamados este jueves a las urnas para someter a referédum la
ratificación por parte de Irlanda del Tratado para la estabilidad,
coordinación y gobernanza de la unión económica y monetaria, suscrito el
pasado 2 de marzo por 25 líderes de la UE, todos excepto de Reino Unido
y República Checa, que obliga a los países firmantes a introducir en
sus constituciones un límite del déficit al 0,5% del PIB y que además
prevé sanciones casi automáticas para los países que superen el umbral
del 3% del PIB.
Irlanda se desmarcó del resto de países firmantes del Tratado al
convocar el pasado 28 de febrero un referédum a instancias del Fiscal
General irlandés, convirtiéndose así en el único de los 25 países que
suscribieron el texto que consultará a sus ciudadanos sobre esta
cuestión.
El país, que ya rechazó en 2001 el Tratado de Niza y en 2008 el de
Lisboa en sendas consultas, no contará en esta ocasión con poder de
veto, porque el Tratado entrará en vigor en cuanto cuando lo hayan
aprobado 12 de los 17 miembros de la eurozona. Además, el Tratado prevé
que aquellos Estados miembros que lo rechacen no tengan acceso a nuevas
ayudas del fondo de rescate para países endeudados. Irlanda se beneficia
en estos momentos de un plan de ayuda de la UE por valor de 85.000
millones de euros.
Los sondeos previos a la consulta apuntan a una victoria del 'Sí',
promovido desde el Gobierno, desde el que el primer ministro, Enda
Kenny, aseguraba que "ahora es el turno de los irlandeses y existen
realmente buenas razones para votar Sí".
En este sentido, el primer ministro irlandés destacó el creciente
flujo de inversiones extranjeras registrado en el país durante los
últimos meses. "Creo que este flujo puede acelerarse incluso si enviamos
el mensaje de que Irlanda está en el camino de la recuperación, que
somos un país con estabilidad económica y presupuestaria".
Por contra, el Sinn Féin se ha erigido en el principal partido
defensor del 'No' al considerar que el Tratado no sólo no contribuye a
resolver la crisis de la zona euro, sino que incorporará a la
Constitución políticas erróneas que ya han causado mucho daño al país.
"Pido a los irlandeses que no se dejen intimidar, que no renuncien
a sus derechos democráticos ni a su capacidad de decidir sobre la
economía de Irlanda y no incorporar la austeridad a la Constitución",
defendía Gerry Adams, presidente del Sinn Féin.
No hay comentarios:
Publicar un comentario