BRUSELAS.- Estados Unidos y Japón deben resolver sus problemas
fiscales y China debe relajar las restricciones sobre el yuan, puesto
que comparten la responsabilidad con Europa en restaurar la estabilidad
económica mundial, dijeron los líderes de la Unión Europea antes de una
cumbre del Grupo G-20 prevista para junio.
En una carta dirigida a las 27 naciones de la UE, el
presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, y el jefe del
Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, dijeron que Europa estaba haciendo
todo lo posible para superar la crisis.
"Europa ha intensificado los esfuerzos y asumió su
responsabilidad en asegurar la estabilidad financiera de la zona del
euro y vamos a seguir haciéndolo", dijo la carta de cara a la cumbre del
G-20 en Los Cabos, México.
"Corresponde ahora a todos los miembros del G-20
mejorar sus esfuerzos y profundizar nuestra cooperación con el fin de
asegurar una sostenida recuperación económica mundial", indicó.
En particular, la misiva apelaba a Estados Unidos para
que evitar caer en un "precipicio fiscal", eludiendo problemas que
podrían derivarse de alzas de impuestos y recortes de gastos destinados a
surtir efecto a fines del año. Asimismo, instó a China a llevar a cabo
reformas.
"Aunque estamos firmemente centrados en hacer nuestra
parte, en Los Cabos todos los socios del G-20 también deben reconocer
sus responsabilidades en el desarrollo de una recuperación sostenible",
indicaba la carta publicada a última hora del viernes.
Estados Unidos y Japón también deberían poner en
práctica "planes creíbles de consolidación fiscal a mediano plazo",
escribieron.
"También debemos llamar a China a continuar
fortaleciendo sus redes de seguridad social, llevar a cabo nuevas
reformas estructurales y avanzar a un mercado determinado por el tipo de
cambio", sostuvo.
El énfasis de Europa en los esfuerzos que otras
naciones deben realizar frente a las turbulencias económicas se produce
luego de que recibiera numerosas críticas por no haber hecho lo
suficiente para estimular el crecimiento.
En la cumbre del G-8 a principios de este mes, las
principales naciones industrializadas se pronunciaron a favor de
equilibrar las medidas de austeridad - impulsadas por la canciller
alemana, Angela Merkel - con iniciativas de estímulo al estilo
estadounidense.
Una cumbre informal en Bruselas, que terminó en las
primeras horas del jueves, fue la primera tras la elección del
presidente socialista Francois Hollande en Francia.
Esto marcó un cambio en el énfasis de la UE hacia el
crecimiento y el fin de una estrecha alianza entre el antecesor de
Hollande, Nicolas Sarkozy, y Merkel sobre políticas para reducir los
niveles de deuda.
Rompuy y Barroso dijeron que los últimos datos habían
mostrado que los desequilibrios internos de la UE se están reduciendo,
aunque aún quedaba mucho por hacer y, en este contexto, se refirieron no
sólo a los países en déficit, sino también a aquellos con superávit.
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