MADRID.- Los indignados, que protestan contra la profunda crisis económica
y sus responsables, continuaron el domingo con las celebraciones de su
primer aniversario, protagonizando una sentada en la Puerta del Sol por
la detención de 18 personas durante el desalojo producido de madrugada.
Desde las cinco de la tarde habían convocado nuevas
concentraciones en las principales plazas del país, tras la jornada
multitudinaria del sábado donde recordaron que los motivos que les
llevaron a tomar las calles hace un año siguen igual de vigentes.
En la madrugada del domingo la Policía Nacional
desalojó de la Puerta del Sol a un grupo de personas que pretendía pasar
la noche allí, algo que las autoridades no habían permitido, en una
operación que se saldó con 18 detenidos por resistencia a la autoridad y
desórdenes públicos, informó Interior en un comunicado.
Sin embargo, el 15-M reivindicó que no hubo alteración del orden público que justificara la intervención.
"Numerosos testimonios señalan además que agentes de la
policía han agredido incluso a personas que obedecían la orden de
levantarse inmediatamente", explicaron en un comunicado colgado en
madrid.tomlaplaza.net.
En Sol, los "indignados" gritaban "Libertad, libertad",
en la sentada para reivindicar la liberación de sus compañeros,
mientras en otros puntos de la capital se celebraban asambleas sobre
temas de actualidad.
La "Spanish revolution", apartidista y sin jerarquía,
prendió como la pólvora entre la ciudadanía tras una primera
manifestación convocada a través de las redes sociales en ciudades de
toda España el 15 de mayo de 2011.
Tras casi un mes con acampadas en las principales
plazas públicas, los "indignados" trasladaron su actividad a los barrios
donde, de forma más discreta, han impulsado iniciativas como
cooperativas de intercambio, huertos, asambleas sobre diversos asuntos o
se han movilizado para frenar decenas de desahucios, quizá el punto
donde han tenido más éxito.
En el año de vida del 15-M, que bebió de la primavera
árabe e inspiró a otros movimientos de protesta como "Occupy Wall
Street", la situación económica del país ha empeorado, entrando en su
segunda recesión en tres años y dejando a casi uno de cada cuatro
trabajadores en paro.
"Es una alegría saber que no nos equivocamos hace un
año. Con el tiempo vemos que todo confirma las razones que tenemos para
echarnos a la calle" dijo a Reuters el sábado por la noche Juan
González, de 38 años, que trabaja en el Ayuntamiento de Madrid en la
multitudinaria marcha de Sol.
El Gobierno de Mariano Rajoy, que desbancó a los
socialistas en noviembre con mayoría absoluta, ha comenzado a acometer
recortes en los pilares del Estado de bienestar para contener un déficit
desbocado que mantiene a España al borde del rescate, y ya ha empezado a
notar el desgaste en el apoyo ciudadano, según el Centro de
Investigaciones Sociológicas.
El 15-M ha concretado en cinco sus reivindicaciones,
entre ellas "ni un euro más para rescatar a los bancos", un tema
especialmente candente después de que el Estado español anunciara esta
semana la toma de una participación mayoritaria en el capital del grupo
BFA-Bankia con el fin de sanear la entidad y recuperar la confianza de
los mercados.
Además, los indignados reclaman una Educación y Sanidad
públicas de calidad; se oponen a la precariedad laboral y la reciente
reforma del mercado de trabajo aprobada por el Gobierno y exigen una
vivienda digna garantizada y una renta básica universal.
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