BRUSELAS.- Los ministros de Economía de los Veintisiete
han aprobado este martes por unanimidad una nueva norma para reforzar el
capital de los bancos cuyo objetivo es aumentar su resistencia frente a
futuras crisis. El compromiso ha sido posible después de que Reino
Unido y Bulgaria levantaran sus últimas reservas.
El acuerdo final, que todavía debe ser ratificado por la
Eurocámara, deja un amplio margen de flexibilidad a los Estados miembros
para imponer a sus bancos sistémicos requisitos más exigentes que los
previstos por la UE, tal y como reclamaba Londres.
Las discrepancias entre los Estados miembros sobre el margen
de maniobra nacional impidieron un acuerdo el pasado 2 de mayo tras 16
horas de negociaciones. Países como Francia e Italia pedían una
armonización máxima para evitar distorsiones de competencia.
El ministro de Finanzas británico, George Osborne, ha aceptado
este martes levantar su veto al compromiso final de la presidencia
danesa por considerar que introduce "la flexibilidad que queremos" y que
permitirá a Reino Unido aplicar las recomendaciones del informe
Vickers, que aconseja la separación entre las actividades de banca
minorista e inversión. También la representante búlgara ha retirado sus
reservas.
Por su parte, el vicepresidente del Banco Central Europeo,
Vítor Constancio, ha lamentado que el compromiso final prevé "demasiada
flexibilidad", una opinión compartida tanto por la Autoridad Bancaria
Europea como por el Ejecutivo comunitario. No obstante, ninguna
institución ha bloqueado el acuerdo.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, se ha felicitado por
el acuerdo y ha dicho que la nueva norma es "extremadamente importante
para introducir estabilidad en nuestros sistemas financieros". De
Guindos ha celebrado que el acuerdo reconozca el papel de las
provisiones genéricas.
"España ha basado su reforma en las provisiones genéricas como
instrumento para aumentar la estabilidad de la industria bancaria,
mitigar el riesgo y cubrir posibles pérdidas", ha dicho el ministro.
Según afirmó a principios de mayo, la banca española ya supera
ampliamente los nuevos requisitos de capital que exige la normativa de
la UE.
La norma en cuestión tiene como objetivo incorporar a la
legislación de la UE las reglas internacionales de Basilea III. Para
ello, fija un capital del 8% de los activos ponderados por riesgo. De
este capital, la cuota que debe ser de la mayor calidad ('common equitiy
tier 1') aumenta del 2% al 4,5% y el 'tier 1' del 4% al 6%.
Además de estos requisitos, la norma introduce dos colchones
de capital: uno del 2,5% idéntico para todas las entidades de la UE y un
colchón anticíclico con un tope también del 2,5%, que se creará durante
los periodos de bonanza económica y se consumirá durante las crisis.
El compromiso final permite también a los reguladores
nacionales exigir a sus bancos sistémicos un tercer colchón de capital
de hasta el 3% para todas sus exposiciones y hasta el 5% para las
exposiciones nacionales y en países terceros, sin necesidad de ninguna
autorización previa de Bruselas.
La norma introducirá además exigencias en materia de liquidez a
partir de 2013 y una ratio de apalancamiento desde el 1 de enero de
2018.
Bruselas calcula que las 8.300 entidades europeas cubiertas
por la legislación necesitarán aumentar su capital en 460.000 millones
de euros de aquí a 2019 para cumplir la normativa, que provocará una
disminución del PIB de entre el 0,14% y el 0,17% en la UE por cada punto
porcentual de incremento del capital de máxima calidad. Pero los
beneficios netos serán un incremento de entre el 0,3% y el 2% del PIB de
la UE por la reducción de las crisis financieras sistémicas.
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