ROMA.- El primer ministro italiano, Mario Monti, intentó
reafirmar la independencia de su Gobierno tecnócrata el viernes, después
de que unos pobres resultados en las elecciones locales llevaran a los
partidos que le respaldan en el Parlamento a demandar más control sobre
la política.
Desde las elecciones del 6 y 7 de mayo, los grupos de
izquierda que apoyan a Monti han dicho que votarán cualquier medida que
intente aprobar y con la que no estén de acuerdo, criticándole por un
exceso de austeridad.
"No nos verán jamás haciendo algo que no va en interés
del país porque los partidos nos lo piden", dijo Monti en una rueda de
prensa para anunciar el uso de 2.300 millones de euros de fondos
europeos en las regiones menos desarrolladas del sur.
Monti lidera un Gobierno de tecnócratas no elegido en
las urnas que asumió el cargo en noviembre, después de que un
desacreditado Silvio Berlusconi dimitiera en medio de una crisis de
deuda y con los rendimientos de los bonos soberanos disparados.
Después de imponer graves medidas de austeridad para
salvar a Italia de una quiebra al estilo griego, Monti dijo que ahora es
el momento de una nueva "fase" centrada en "igualdad y crecimiento".
Refiriéndose a la asignación de fondos para medidas de
bienestar y crecimiento, Monti dijo que "el Gobierno tomó estas
decisiones no porque los partidos nos las pidieran, sino porque los
italianos las pidieron".
Aunque las elecciones locales no tienen efecto directo
en el Gobierno de Monti, eran la primera prueba electoral desde que
asumió el poder y mostraron que los italianos se rebelan contra los
24.000 millones de euros en nuevos impuestos establecidos por el
Gobierno este año.
El partido Pueblo de la Libertad (PDL) de Berlusconi se
llevó el peor golpe, perdiendo el control de docenas de gobiernos
locales, mientras que el otro gran respaldo de Monti, el grupo de
centroizquierda Partido Democrático (PD), perdió votos ante un grupo
antieuropeo liderado por un cómico.
Más de 9000 ciudades y pueblos celebran una segunda vuelta electoral el 20 y 21 de mayo.
La austeridad "sólo puede aplicarse a una economía que
crece, pero es un suicidio para una que ya está en recesión", dijo
Berlusconi el viernes en Milán, repitiendo que su partido limitará su
apoyo a las medidas del Gobierno "que nos convenzan".
El líder del PD Pier Luigi Bersani dijo el jueves que
Italia debe reconsiderar sus objetivos presupuestarios para intentar
estimular el crecimiento.
Tanto el PD como el PDL, pese a un cierto debate entre
sus filas, han asegurado su apoyo al Gobierno hasta el final de la
legislatura el año que viene, pero parece que Monti tiene escasas
posibilidades de hacer las profundas reformas que los economistas creen
necesita el país.
Monti se ha esforzado en los últimos días para mostrar
que él, y no sólo los partidos, está atento a las preocupaciones de los
italianos medios, que acusan el golpe de las medidas de austeridad y una
severa recesión.
Después de las elecciones locales, su índice de
aprobación cayó seis puntos porcentuales en una semana hasta el 38 por
ciento, según mostró el viernes un sondeo de SWG. En noviembre, nada más
asumir el cargo tenía el apoyo del 71 por ciento de los italianos.
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