WASHINGTON.- El presidente de Estados Unidos, Barack
Obama, ha aplaudido el viraje de Bruselas hacia las políticas de
estímulo económico para revertir la coyuntura actual, si bien ha
advertido de la amenaza que representa la crisis que sacude a la
eurozona para la economía mundial.
"La senda del debate que se ha tomado de forma reciente nos
aporta confianza", ha declarado Obama en la comparecencia de prensa que
clausuró la cumbre del G-8 celebrada en Camp David, a las afueras de
Washington.
"Ahora hay un emergente consenso en que hay que hacer más por
promover el crecimiento y la creación de empleo ya mismo, en el contexto
de estas reformas fiscales y estructurales", ha afirmado el mandatario
estadounidense, que siempre ha abogado por las políticas de crecimiento
para sobreponerse a la crisis económica, en detrimento de la austeridad
esgrimida por Alemania y, por ende, la Unión Europea (UE).
El presidente estadounidense ha recalcado que, "tal y como
han acordado hoy aquí todos los líderes, el crecimiento y el empleo han
de ser nuestras máximas prioridades". "Una economía europea en
crecimiento y estable es el mayor de los intereses para todos, incluido
el de Estados Unidos", ha ahondado Obama.
"Si una compañía se ve forzada a reducir su presupuesto en
París y en Madrid, ello podría suponer una ralentización de los negocios
manufactureros en Pittsburgh y Milwaukee", ha argumentado el mandatario
norteamericano.
Europa dispone de la capacidad suficiente para hacer frente a
los retos que se le plantean en el horizonte, ha subrayado Obama, aunque
todavía "hay mucho trabajo por hacer".
No obstante, ha ensalzado la política abanderada por su
Gobierno en pos del crecimiento económico que, ha dicho, ha dado un
mayor margen de actuación para reducir el déficit y la deuda
norteamericana.
Asimismo, Obama ha reconocido los sacrificios que están
realizando los helenos en su intento de reflotar la coyuntura económica y
financiera en Grecia, golpeada fuertemente por la crisis que acucia con
especial intensidad a la UE.
La crisis económica europea ha sido el tema central de este
sábado en la cumbre del G-8. En este encuentro, los mandatarios de las
ocho economías más importantes del mundo han abordado la necesidad de
evitar un efecto contagio de la crisis de la eurozona, según han
revelado fuentes de la Casa Blanca.
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