ROMA.- El hambre y la desnutrición deben abordarse de
modo efectivo, pues están tan inextricablemente relacionadas al
desarrollo sostenible que deberían formar parte de la agenda de Río+20,
según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la
Agricultura (FAO).
Ha habido avances en la producción de alimentos, pero
hay cientos de millones de personas que pasan hambre porque carecen de
los medios para producir o comprar la comida que necesitan para llevar
una vida saludable y productiva, señala un estudio de la FAO.
La agricultura y la producción de alimentos consumen una gran
cantidad de recursos naturales y más del 30 por ciento de la energía
mundial, mientras que los cultivos y el ganado utilizan el 70 por ciento
del agua, señala el informe «Hacia el futuro que queremos: Erradicación del hambre y transición a sistemas agrícolas y alimentarios sostenibles».
La FAO estima que tres de cada cuatro personas pobres viven en áreas
rurales y subsisten gracias a la agricultura, mientras que el 40 por
ciento de las tierras degradadas están en las zonas más pobres. «El
hambre pone en marcha un círculo vicioso de menor productividad, pobreza
en aumento, lento desarrollo económico y degradación de los recursos».
El director general de la FAO, José Graziano da Silva, señala en el
prólogo del estudio que «No podemos llamar sostenible al desarrollo
mientras persista esta situación, mientras que casi uno de cada siete
hombres, mujeres y niños se queda atrás, víctima de subnutrición».
Graciano plantea que «la búsqueda de la seguridad alimentaria puede ser
el hilo común que una los distintos desafíos que enfrentamos, y
contribuya a construir un futuro sostenible».
En la cumbre de Río «tenemos la oportunidad de oro para explorar la
convergencia entre los programas de la seguridad alimentaria y la
sostenibilidad a fin de hacer realidad ese futuro sostenible», añade. En
Río+20, donde se tratará de alcanzar un acuerdo para una transición a
una economía verde, se discutirá la inversión en energías renovables y
el uso eficiente de los recursos naturales.
El informe de la FAO urge a los gobiernos a crear y proteger los
derechos sobre los recursos, en especial de los pobres, incorporar
incentivos para el consumo sostenible y la producción de alimentos,
promover mercados justos agrícolas y de alimentos que funcionen bien,
reducir los riesgos y aumentar la resiliencia de los más vulnerables, e
invertir en recursos públicos para bienes esenciales, en especial en
innovación e infraestructura.
Keith Wiebe, subdirector de la división de economía de desarrollo
agrícola de la FAO indica que «la transición hacia un futuro sostenible
requiere cambios fundamentales en la gobernanza de alimentos y
agricultura, y una distribución equitativa de los costos de transición
para que los agricultores adopten métodos de cultivo más sostenibles».
El acceso a recursos naturales como tierra, agua y bosques, es
esencial para las 2.500 millones de personas que producen alimentos para
su propio consumo y generan ingresos, según el informe. Los productores
que manejan unas 500 millones de pequeños establecimientos agrícolas en
los países en desarrollo, la mayoría mujeres, tienen diferentes
limitaciones para acceder a recursos como alimentos, tierra o agua.
A principios de mayo, la FAO adoptó una serie de pautas sobre la
tenencia de la tierra para ayudar a los gobiernos a mejorar el acceso de
los más pobres a esta, así como a la pesca y los bosques. Las pautas
recomiendan proteger los derechos de tenencia de la tierra de las
poblaciones locales contra el riesgo de concentración a gran escala y
proteger los derechos humanos, el sustento, la seguridad alimentaria y
el medio ambiente.
«Cientos de millones de personas sufren deficiencias alimenticias y
nutricionales, y la mayoría de ellas obtienen ingresos de la
agricultura» , indica Wiebe. «Estos agricultores pobres, junto con
productores más comerciales, constituyen el mayor grupo de
administradores de recursos naturales. Sus decisiones cotidianas son
clave para el ecosistema mundial», añade.
La adopción de las pautas surge tras tres años de un proceso de
negociaciones con el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial, que
incluye a gobiernos, agencias de la Organización de las Naciones Unidas,
la sociedad civil, entidades internacionales y el sector privado, que
encabeza una plataforma mundial de discusión sobre el tema.
Organizaciones como La Vía Campesina reconocen que las pautas son una
herramienta importante, pese a que la puesta en marcha real va a
depender de los países que la aprueben.
En Río+20
deberá discutirse una mejor gobernanza de los sistemas de producción
agrícola y de alimentos, además de realizar un análisis exhaustivo de
quién asumirá la carga financiera del desarrollo sostenible, indica el
informe de la FAO.
La agencia pide a los gobiernos y a otros actores que participarán en
Río+20 que reduzcan el hambre con rapidez «y hagan todo lo posible por
mejorar la forma en que la producción agrícola y de alimentos es
gobernada», dide Wiebe. Y continúa «deben asegurarse de que los costos y
los beneficios de la transición hacia una agricultura sostenible se
distribuyan de forma equitativa».
Otras acciones incluyen respaldar la implementación de enfoques
políticos y técnicos al desarrollo agrícola, que integren objetivos
ambientales y de seguridad alimentaria.
También, asegurar que los costes y los beneficios de la transición
hacia un consumo y una producción sostenibles se compartan de forma
igualitaria, que se adopten enfoques integrados para lograr la
sostenibilidad en la producción agrícola y alimentaria, y se pongan en
práctica reformas en materia de gobernanza para asegurar que se
concretan las políticas y se cumplen los compromisos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario