BRUSELAS.- En su carrera para adelantarse a la crisis de la zona euro y apuntalar a los bancos españoles antes de las elecciones griegas, Europa podría haber tenido éxito a la hora de enredarse.
Aunque se consideró un movimiento positivo en
principio, la oferta de la zona euro de prestar a España hasta 100.000 millones de euros para recapitalizar a sus bancos podría incluso empeorar sus problemas por las crecientes dudas sobre la tenencia de deuda española.
Tras un breve rally, los inversores ya han emitido su
veredicto llevando el martes a máximos del euro el rendimiento de los
bonos españoles a 10 años, lo que no era el efecto deseado por los
ministros de la zona euro.
La incertidumbre viene por saber de dónde procederá el dinero que se prestará a España.
Puede venir del fondo de rescate temporal, el Fondo
Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), o de su fondo permanente, el
Mecanismo de Estabilidad Europea (MEDE), que entrará en vigor el próximo
mes.
El quid de la cuestión es la diferencia legal de los
préstamos del FEEF, de 440.000 millones de euros, y del MEDE, que una
vez capitalizado por completo tendrá 500.000 millones.
Alemania, Francia, Holanda y otros países ricos de la
zona euro quieren que el préstamo proceda del MEDE, que tiene estatus de
'acreedor preferente', lo que significa que debe ser pagado antes que a
otros acreedores, como los inversores privados.
No sorprende por lo tanto que estos inversores se
marchen habiendo visto las pérdidas de los acreedores dentro del segundo
paquete de rescate a Grecia.
Los responsables de la zona euro conocen el problema y
han dicho que el dinero podría venir inicialmente del FEEF y luego ser
transferido al MEDE, aunque manteniendo el mismo estatus legal que en el
fondo temporal.
El resultado ha sido la confusión en los mercados financieros.
"Está este problema fundamental - si eres un tenedor de
bonos y te ponen al final de la lista, ¿Para qué inviertes en bonos
españoles?", dijo Gary Jenkins, director de Swordfish Research Ltd,
especialista en análisis de renta fija.
"Lo que deberían estar haciendo es intentar alentar a
la gente para que invierta en España, no desalentarla", dijo.
El aumento de la rentabilidad de los bonos significa
que será más duro para España financiarse en los mercados, algo que la
zona euro quiere que Madrid siga haciendo.
A cambio, añadir los 100.000 millones a la deuda de
España - casi el 10 por ciento de su PIB- aumentará su ratio deuda/PIB a
más del 90 por ciento, por encima de un nivel normalmente manejable.
Los costes de financiación en aumento también
incrementarán los pagos de intereses, elevando el déficit en un momento
en el que el país está en recesión y se espera que siga así a lo largo
de 2013.
En resumen, el rescate diseñado para apuntalar los
bancos más débiles de España podría terminar siendo una carga para el
país con más deuda y menos oportunidades de pagarla.
El sentimiento del mercado aún podría cambiar, porque
la zona euro aún no ha decidido definitivamente si el préstamo vendrá
del FEEF o del MEDE. Pero la pregunta está en el mercado y la respuesta
podría terminar dependiendo de cuándo se decida solicitar formalmente el
dinero.
España ha dicho que necesita conocer los resultados de
auditorías independientes sobre su sistema bancario, llevadas a cabo por
Oliver Wyman y Roland Berger, que se esperan para el 21 de junio.
Debido a que está previsto que el MEDE entre en vigor
el próximo 9 de julio, después de que Alemania lo ratifique, cualquier
solicitud anterior tendrá que venir del FEEF.
Se espera mayoritariamente una solicitud rápida porque
las elecciones del 17 de junio en Grecia amenazan con causar más
incertidumbre en el mercado, particularmente si la coalición
izquierdista gana y cumple su promesa de rechazar los términos del
acuerdo de rescate.
Si España pide el préstamo antes de que esté operativo
el MEDE, el dinero tendrá que venir del FEEF y el problema de la
prelación de cobro de la deuda se resolvería - al menos durante un corto
periodo de tiempo.
Otro motivo por el que mucho países preferirían el MEDE
para llevar a cabo el rescate es que, al contrario que el FEEF, sus
préstamos no aumentan los niveles de deuda individuales de los países
que intenta salvar.
El uso del MEDE pasaría por encima de la espinosa
cuestión de si España, tomando prestado del FEEF, debería a la vez dejar
de garantizar el fondo porque ya es un país que necesita ayuda.
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