MÉXICO.- Líderes mundiales aumentaron el lunes la presión sobre
Europa para que detenga la crisis de deuda en el bloque, después de que
la victoria electoral en Grecia de partidos pro rescate no lograra
calmar a los mercados ni alejar la sensación de que una tormenta más
grande podría descarrilar la economía mundial.
Las economías desarrolladas y emergentes más grandes
del mundo exhortarán a la zona euro a tomar "todas las medidas de
política necesarias" para resolver su crisis que ya lleva más de dos
años, según el borrador de un comunicado de la cumbre del Grupo de los
20 (G-20) en el balneario mexicano de Los Cabos, al que Reuters tuvo
acceso.
El presidente estadounidense, Barack Obama, preocupado
por la posibilidad de que los traspiés europeos puedan golpear sus
aspiraciones de ser reelecto, pidió reunirse con los líderes de la
región este lunes por la tarde. También mantendrá un encuentro bilateral
con la canciller alemana Angela Merkel.
Funcionarios europeos rechazan la idea de que ellos son
culpables por una debilitamiento del crecimiento económico alrededor
del mundo, y pusieron paños fríos a las esperanzas de un remedio
milagroso para la zona euro, integrada por 17 países.
"Francamente, no venimos aquí para recibir lecciones en
términos de democracia o en términos de cómo manejar nuestra economía,
dijo el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Barroso.
Resguardados por barcos de la marina mexicana y
soldados en las playas y carreteras, los líderes del Grupo de los 20
(G-20), que reúne a las mayores economías industrializadas y emergentes,
iniciaron dos días de reuniones en el balneario de Los Cabos para
priorizar el crecimiento y la creación de empleos como una manera de
impulsar a la desacelerada economía mundial.
Pero se espera que la batalla de Europa contra la
crisis -que ha llevado a Grecia, Irlanda y Portugal a buscar rescates
del FMI y la Unión Europea y forzado a España a conseguir asistencia
para sus bancos- sea el tema que domine las discusiones inaugurales
sobre economía global del G-20.
El Banco Mundial redujo su pronóstico de crecimiento
económico global para el 2012 a un 2,5 por ciento y advirtió que los
países enfrentan un largo periodo de volatilidad en los mercados
financieros y de débil expansión.
Aunque la estrecha victoria del partido conservador
Nueva Democracia en las elecciones de Grecia alivió las preocupaciones
de una pronta salida del país de la zona euro, no logró calmar mucho a
los mercados financieros.
Después de una breve recuperación, el euro cayó frente
al dólar y los rendimientos de los bonos españoles se dispararon por
arriba del 7 por ciento a su mayor nivel desde la creación de la moneda
única en 1999. Las acciones europeas cerraron con una caída del 1,2 por
ciento.
La calificadora Fitch Ratings dijo que el resultado de
las elecciones griegas redujo el riesgo de una incumplimiento
desordenado de deuda y de una salida del país de la zona euro, pero
también advirtió que cualquier nuevo gobierno probablemente sería
frágil.
"La victoria en Grecia en realidad no resuelve nada",
dijo Boris Schlossberg, director en la firma de asesoría de inversión BK
Asset Management en Nueva York. "Todavía va a ser duro para Grecia",
agregó.
Merkel, hablando con reporteros después de aterrizar en
Los Cabos en medio de la noche, dijo que no podía aceptar ningún
relajamiento en las medidas de austeridad y en las profundas reformas
estructurales a las que Grecia se comprometió como condición para
recibir dos rescates de la Unión Europea y el FMI que totalizan 240.000
millones de euros.
"El gobierno griego debe cumplir y cumplirá con los compromisos que acordó", dijo.
Eso pondría a Merkel en trayectoria de colisión con el
ganador de la elección griega, Antonis Samaras, que hizo campaña
prometiendo renegociar elementos del rescate y reiteró su postura el
lunes al asegurar que se requerían "algunas enmiendas necesarias" para
aliviar "el agobiante desempleo y las inmensas penurias".
Grecia pedirá aplicar los recortes de austeridad de
11.700 millones de euros en un plazo de cuatro años en lugar de dos
años, dijo a Reuters una fuente del partido Nueva Democracia en Atenas.
La frustración de Alemania ante la falta de avances
concretos de Grecia en sus promesas de reforma ha aumentado en los
últimos meses. También ha crecido el enojo de los griegos ante las duras
medidas de austeridad recetadas por Berlín y sus socios.
En un giro del destino, la selección nacional de fútbol
de Grecia enfrentará a Alemania esta semana en los cuartos del final
del campeonato europeo.
David Mackie, un economista de JP Morgan, dijo que
espera que los gobiernos europeos en última instancia sean obligados a
acordar una "reestructuración agresiva" de los préstamos que ya han
otorgado a Grecia para ayudar al país a volver al camino sustentable.
Merkel también enfrenta una intensa presión para adoptar acciones más vigorosas para todo el bloque.
Pero la canciller ha rechazado las propuestas de lanzar
bonos conjuntos de la zona euro y la creación de una "unión bancaria"
en Europa con garantías transfronterizas de depósitos, asegurando que
esas son soluciones rápidas que están destinadas a fallar y serían
rechazadas por las cortes alemanas.
En cambio, está llevando a otros líderes europeos a
acordar una hoja de ruta hacia una mayor integración fiscal que
implicaría ceder soberanía sobre los presupuestos a Bruselas y dar más
poder al Parlamento Europeo.
Al delinear cómo podría verse el bloque en cinco a 10 años, Merkel espera recuperar la confianza de los mercados.
Pero sus contrapartes, sobre todo el nuevo presidente
francés François Hollande, tienen dudas sobre la transferencia de
poderes en política fiscal, y parece poco probable que Europa alcance un
"gran acuerdo" que devuelva seguridad a los mercados en una cumbre de
líderes europeos prevista para el fin de junio.
La crisis de deuda de Europa ha mostrado la necesidad
de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) tenga más recursos para
enfrentarla.
En Los Cabos, se espera que los líderes de las mayores
economías del mundo ratifiquen sus promesas de realizar nuevos préstamos
por 430.000 millones de dólares al FMI, aunque algunos países
emergentes están frustrados con el lento avance para lograr más poder en
el organismo multilateral.
Se espera que los dirigentes del G-20 también adopten
un Plan de Acción Los Cabos, con el compromiso de promover el
crecimiento económico y la creación de trabajos, de invertir en
infraestructura e impulsar el comercio, pero apegándose a sus promesas
de reducir los déficit presupuestarios.
"Un crecimiento fuerte, sostenido y balanceado sigue
siendo la principal prioridad del G20 porque conduce a una mayor
creación de trabajos e incrementa el bienestar de la gente alrededor del
mundo", dice el borrador del comunicado, según la fuente del G20.
"Estamos comprometidos a adoptar todas las medidas de
políticas necesarias para fortalecer la demanda, apoyar al crecimiento
global y restablecer la confianza", agregó.
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