viernes, 1 de junio de 2012

EEUU, en intensos esfuerzos diplomáticos para ayudar a Europa


WASHINGTON.- La Administración Obama está envuelta en una nueva ronda de contactos diplomáticos para empujar a los dirigentes europeos a tomar medidas decisivas con el fin de evitar que el empeoramiento de la crisis europea repercuta negativamente en la recuperación estadounidense y en la global.

Responsables oficiales en Washington creen que el sistema bancario estadounidense es lo suficientemente fuerte pero saben, por la quiebra de Lehman Brothers en 2008 y la crisis asiática de una década antes, que las crisis tienen la mala costumbre de asestar golpes difíciles de pronosticar y con consecuencias mundiales.
El mensaje a los políticos de la Unión Europea de representantes del Tesoro estadounidense y del Fondo Monetario Internacional, que van de capital europea a capital europea y celebran reuniones en Washington, es doble: recapitalicen el sistema financiero rápidamente con el fin de estabilizar los bancos y establezcan un plan claro para el futuro político de la unión monetaria.
Los funcionarios temen que una salida desordenada griega de la zona euro o una huida de los bancos en España o Italia, podría desatar unas consecuencias desconocidas, con el consiguiente efecto debilitante para una de por sí templada recuperación estadounidense, a pocos meses de que Obama enfrente unas elecciones presidenciales.
Los funcionarios estadounidenses son reservados acerca de los consejo que proporcionan a Europa. Pero responsables financieros internacionales y expertos en Washington, que están en contacto regular con el FMI y con el Tesoro estadounidense, dicen que existe la sensación de que a Europa se le está acabando el tiempo.
"Están diciendo, hagan lo que hagan, resuélvanlo y esta vez háganlo correctamente", dijo un funcionario.
Esta urgencia también resonó en Bruselas el jueves, cuando los más altos funcionarios, Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, y Olli Rehn, Comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, emitieron advertencias sobre la necesidad de acción o el riesgo del colapso de la unión monetaria.
España tampoco se reserva nada. "Se trata del futuro del euro", dijo durante una entrevista la vicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría.
España se ha convertido en el foco de la crisis de la zona euro. Sus bancos enfrentan unas necesidades de 184.000 millones de euros y Madrid ha realizado varios intentos fallidos para sanearlos, al tiempo que intenta controlar el déficit público.
Los mercados se han asustado y las rentabilidades de la deuda española se han acercado al 7 por ciento, el nivel que forzó a Grecia, Irlanda y Portugal a recurrir al rescate de la UE y el FMI.
La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, dijo que no existían planes ni ninguna solicitud española en torno a una ayuda financiera del organismo.
El tema principal de las conversaciones con Sáenz de Santamaría, que estuvo en Washington el jueves, era encontrar la forma de persuadir a Bruselas para inyectar capital directamente en los bancos españoles, un tema que la vicepresidenta habló con el secretario del Tesoro de EEUU, Timothy Geithner.
Durante meses, funcionarios estadounidenses estuvieron diciendo a sus homólogos europeos que la recapitalización de los bancos directamente con dinero federal era una estrategia eficaz que se utilizó para estabilizar el sistema bancario durante la crisis financiera de 2007-2009. En abril, el FMI pidió unas inyecciones de capital de la UE.
Alemania se opone a que la UE asuma más responsabilidades, consciente de que como primera economía de Europa, asumiría el gasto. Sin embargo, la alternativa que retratan EEUU y el FMI de una recesión profunda y un colapso monetario podría persuadir a Alemania a dar marcha atrás.
El tiempo claramente se está agotando.
El dinero ha salido de las acciones globalmente y ha buscado la seguridad de los bonos estadounidenses, rebajando las rentabilidades hasta mínimos históricos, mientras que el euro ha caído un 7 por ciento contra el dólar en el último mes.
Los inversores han perdido confianza en la capacidad de los dirigentes de la UE de encontrar la voluntad política para reparar los dos fallos de la unión monetaria - la ausencia de una autoridad bancaria centralizada que evite una huida de los bancos y la ausencia de una autoridad fiscal central.
Sin estos poderes, el mensaje que viene de Washington es que el mercado único y la moneda única seguirá vulnerable y que no hay austeridad fiscal, la medicina preferida por Alemania, que pueda salvar a la unión monetaria.
"El día del juicio final se acerca", expresó una fuente en Washington con una profunda experiencia en las finanzas internacionales.
Después de la cumbre del G-8 en Camp David hace dos semanas, el presidente Obama proclamó un amplio consenso entre los líderes europeos en torno a una estrategia de cuatro puntos para resolver la crisis de deuda.
En lo que quizás sea el camino más claro, planteado hasta el momento, dijo que Europa debe recapitalizar sus bancos; adoptar una estrategia de crecimiento para revitalizar las economías; proporcionar apoyo monetario para ayudar a países como España, Italia y Grecia a implementar unas duras medidas de austeridad y continuar con la disciplina fiscal.
Desde que los dirigentes europeos volvieron a casa, se han visto pocos avances. Una cena en Bruselas la semana pasada convocada para hablar sobre el camino a seguir no arrojó resultados tangibles. Mientras tanto, la crisis bancaria española ha escalado.
No es ninguna sorpresa que los mercados se hayan vuelto volátiles, dijo Hung Trean, vice director gerente del Instituto de Finanzas Internacionales.
"Lo que hace falta ahora es que los líderes acuerden unos pasos básicos. Deben utilizar el Mecanismo Europeo de estabilidad (el nuevo fondo de rescate) para recapitalizar los bancos españoles. Si eso ocurre, podría calmar las condiciones del mercado", expresó Tran.
Obama celebró una teleconferencia el miércoles con Alemania, Francia e Italia como continuación de las conversaciones del G8. Asimismo, el vice secretario del Tesoro de Asuntos Internacionales, Lael Brainard, visita Atenas, Fráncfort, Madrid, Berlín y París esta semana con el fin de proporcionar consejos sobre la crisis.
En Atenas, su mensaje fue duro. Expresó que los partidos que se disputan la presidencia en las elecciones del 17 de junio no tienen alternativa a las difíciles reformas económicas contenidas en el plan de rescate de la UE y el FMI. En caso contrario, la financiación se cortará.
Si Grecia se queda sin dinero, se verá obligada a renunciar al euro, desatando una gran incertidumbre en los mercados.
Una crisis tan profunda podría ser el catalizador para que Europa realice grandes cambios políticos necesarios para salvar la unión monetaria, según fuentes en Washington.
JP Morgan dijo el jueves que desde marzo, los problemas de Europa han causado tal temor que las bolsas han caído un seis por ciento, causando una pérdida de 1 billón de dólares en el patrimonio particular. Esta pérdida del poder adquisitivo y una subida del dólar, que daña a las exportaciones, ha rebajado el PIB estadounidense medio punto porcentual este año.
"Si esta situación en la zona euro sigue desarrollándose, no sólo tendrá consecuencias serias para la zona euro, sino que tendrá consecuencias incluso más severas para la economía global, incluyendo EEUU", dijo esta semana el ex secretario del Tesoro, Robert Rubin ante el Consejo de Relaciones Exteriores.

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