sábado, 9 de junio de 2012

España cede soberanía bancaria al pedir ayuda

MADRID.- En un intento por reconducir la crisis de deuda, España sucumbió el sábado a las presiones y solicitó formalmente hasta 100.000 millones de euros de fondos europeos para sanear sus bancos a cambio de ceder soberanía nacional sobre el sistema financiero.

"Las condiciones se van a imponer a los bancos, no a la sociedad", quiso dejar claro en una abarrotada rueda de prensa el ministro de Economía, Luis de Guindos, que asumió en solitario la misión de comunicar la solicitud de ayuda para los bancos.
"Es prematuro todavía sacar todas las conclusiones del discurso pronunciado por De Guindos pero hay que tener mucho cuidado con la letra pequeña de las condiciones que va a imponer la eurozona a España. Es evidente que va a haber una cierta cesión de soberanía", dijo José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney.
Tras una conferencia telefónica de carácter técnico con responsables de los distintos tesoros europeos y otra de los ministros de finanzas a primera hora de la tarde, España tuvo que desdecirse de las declaraciones de los últimos días y reconocer que ha acordado una línea de crédito de hasta 100.000 millones de euros para ayudar a las entidades en apuros.
"Es una cantidad máxima en la cual clarísimamente hay un margen de seguridad, se ha establecido una cifra que no puede ser cuestionada por nadie", dijo Guindos.
El Fondo Monetario Internacional, que asesorará en el proceso de préstamos y ha sido "invitado" por el Eurogrupo a "monitorizar la asistencia y realizar informes regulares", desveló la víspera que el déficit de capital de la banca española es de al menos 40.000 millones de euros aunque en el sector se da por descontada una cifra sensiblemente superior una vez que finalicen en "los próximos días" el primer informe de las auditorías independientes que encargó el país.
"La horquilla es muy amplia (...) No me extrañaría que la cifra final estuviera entre 60.000 y 80.000 millones de euros", dijo Emilio Ontiveros, presidente de Analistas Financieros Internacionales.
Con el diferencial de la deuda española a diez años frente a su par alemán en máximos históricos cerca de los 500 puntos básicos, Guindos se mostró convencido de las bondades de la petición - aplaudida por la Comisión, Alemania, Estados Unidos y el propio FMI - y llegó a asegurar que "el riesgo soberano quedará al margen del saneamiento del sistema financiero".
La agencia de calificación de crédito Fitch anunció el jueves una rebaja del rating soberano en tres escalones mencionando entre otras cuestiones las fuertes necesidades de capital de los bancos, que cifró entre 50.000 y 60.000 millones de euros en un escenario base y en 100.000 millones en otro adverso.
"Significa ya el respaldo definitivo del sistema financiero español (...) 100.000 millones de euros es un importe máximo y hay que cubrirse, pero creo que las necesidades estarán entre los 40.000 o 50.000 millones de euros", dijo Juan Iranzo, vicepresidente del Instituto de Estudios Económicos.
El estatal Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) será el receptor de las ayudas y decidirá el importe y condiciones de inyección para las distintas entidades.
Por esto, el importe de los préstamos engrosará directamente la deuda pública del país. La relación deuda/PIB, única fortaleza relativa de la economía española, aumentaría en casi 10 puntos si se utilizase íntegra la línea de crédito. Para este ejercicio, el Ejecutivo había previsto - sin tener en cuenta las nuevas ayudas - elevar esta ratio al 79,8 por ciento del PIB.
Los intereses de los créditos - que Guindos aseguró que serían "en condiciones mucho más favorables a las de mercado"-, sí sumarán déficit público, para el que el Ejecutivo proyecta todavía una cifra del 5,3 por ciento del PIB para 2012 desde el 8,91 por ciento de 2011.
Con el mecanismo, la fecha y las condiciones aún por determinar, la decisión de España supone un hito en la historia del euro al ser el primer país que esquiva un rescate a cambio de una "ayuda suave" exclusivamente destinada a los bancos.
En la práctica, la petición formal de ayuda a Europa someterá a los bancos españoles, fuertemente afectados por el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, a una disciplina en la que lucirán sus galones la Comisión Europea y el Banco Central Europeo.
El Ejecutivo español, que en los primeros cinco meses de Gobierno ha atendido a las reclamaciones de sanear su sector financiero con dos reales decretos con los que ha impuesto 84.000 millones de euros de provisiones, se ha visto desbordado por el descrédito en un contexto de crisis de confianza casi irracional.
El ministro no aclaró si los acuerdos para las ayudas incluirán nuevas regulaciones para el conjunto de la banca o solamente para aquellas entidades que requieran ayuda.
Pero, con la nacionalización de Bankia - que desveló un agujero estimado en 23.500 millones de euros- y la fuerte presión ejercida sobre su cartera por parte de los nuevos gestores, se dispararon los temores entre algunos bancos sobre la posibilidad de nuevas exigencias que no distingan entre entidades diversificadas o internacionalizadas y con perfiles de clientes distintos.
De hecho, en la metodología de la auditoría, que el Eurogrupo dijo el sábado que utilizará como referencia, se explica que las necesidades se calcularán teniendo en cuenta además de la cartera inmobiliaria, créditos a PyMES y particulares.
Mientras el ministro de Economía asumía toda la responsabilidad del anuncio señalando que "soy yo el que participa en el Eurogrupo", el presidente del Gobierno, a quien se ha acusado en repetidas ocasiones de sus escasas apariciones públicas en momentos de máxima tensión, mantenía el sábado a última hora su agenda de asistir el domingo al estreno de la selección española de fútbol en la Eurocopa.

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