viernes, 15 de junio de 2012

Bruselas subraya que la ayuda a la banca "no es un cheque en blanco"

MADRID.- Bruselas ha señalado que la línea de crédito de hasta 100.000 millones de euros que recibirá España para recapitalizar su sistema bancario no es "un cheque en blanco" para los bancos, y ha asegurado que no se va a inyectar dinero público en cualquier entidad "sea cual sea su situación" y cuando se han tomado decisiones "arriesgadas" y "erróneas" en el pasado.

   En una entrevista en Gestiona Radio, Amadeu Altafaj, el portavoz del comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, ha explicado que los planes de reestructuración del sector bancario español puede pasar por distintas alternativas, ya que lo importante es preservar los intereses de la economía y de los ciudadanos españoles, y ha incidido en que la liquidación de una entidad es "un caso extremo".
   En este sentido, apuntó que el tipo de interés que se cobrará a los bancos a cambio de la ayuda, que en otros países se ha establecido en torno al 8,5%, es "disuasorio" y pretende que las entidades intenten solucionar sus problemas por otros medios como ventas de activos o fusiones, antes de "tender la mano para recibir dinero público".
   Así, añadió que cuando no sea posible hacer frente con soluciones de mercado a los problemas de la entidad se deberá evaluar la posibilidad de salvar a estos bancos con dinero público, porque la alternativa tendría consecuencias importantes para la economía española.
   Respecto a las tensiones vividas en los mercados en los últimos días, Altafaj señaló que obedecen a un "conjunto de factores", como la incertidumbre en torno a todo lo que rodea las elecciones de Grecia o el nerviosismo que arrastran los mercados desde hace tiempo.
   Así, recalcó que, aunque no se conocen los detalles de la ayuda a la banca, "no hay tantas incógnitas" sobre la misma como se dice, y confió en que cuando se conozca en breve el resultado de las evaluaciones de los auditores independientes aporte "un poco más de calma".
   Por otro lado, insistió en que la ayuda financiera concedida a España solo tiene condiciones que se ciñen al sector bancario, por lo que instó a no mezclarlas con los esfuerzos que debe hacer el país para reconducir las cuentas públicas y llevar a cabo reformas económicas y estructurales para potenciar el crecimiento y el empleo, como cualquier otro país con déficit excesivo. "Son procesos que discurren por caminos distintos", aseveró.
   En concreto, incidió en que España debe intentar no "cargar las tintas" en la fiscalidad sobre el trabajo principalmente, pero también sobre el capital, y tiene que explorar vías a través de impuestos indirectos como el IVA, las tasas medioambientales o los impuestos a las grandes fortunas.
   Asimismo, Altafaj destacó que en Bruselas existe una percepción "clara" de que España está acometiendo "con determinación" reformas importantes, que quizás deberían haberse puesto en marcha antes. "Se constata una determinación no solo del Gobierno, sino de un país entero que está haciendo frente a una situación difícil con un temple digno de mención", agregó.
   Por otra parte, el portavoz de Rehn incidió en el deseo de la Comisión Europea de que cualquier discusión sobre los eurobonos o cualquier otro mecanismo se ponga sobre el papel para aportar más claridad y lograr más confianza en el euro. "La simple claridad sobre la voluntad de llegar a los eurobonos, que no es otra cosa que mutualizar la emisiones de deuda pública, aportaría mucha confianza en esta crisis", agregó.
   Respecto a Grecia, incidió en que el Gobierno que salga de las elecciones del domingo asumirá la "responsabilidad histórica" de reformar la economía, reducir la deuda hasta niveles sostenibles y crear las bases para un crecimiento sostenible. Además, añadió que debe entenderse con sus socios europeos y corresponder a la ayuda financiera con ajustes y reformas económicas.  
   En este sentido, incidió en que el programa acordado para Grecia supone un ajuste "duro", pero es creíble y no hay "alternativa más dulce". Así, agregó que el "único plan" en Europa es que Grecia siga en el euro y que la Comisión seguirá apoyando a todos los países que estén presionados por los mercados, como Grecia, España o Italia.

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