lunes, 11 de junio de 2012

La FAO subraya la necesidad de combatir el trabajo infantil en la agricultura

ROMA.- La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha advertido este lunes, víspera del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, de que si los países no intensifican sus esfuerzos para combatir el trabajo infantil en la agricultura, no se alcanzará el objetivo acordado internacionalmente de eliminar las peores modalidades de trabajo de menores para el año 2016.

   El director general de la FAO, José Graziano da Silva, ha subrayado en un comunicado que "el trabajo de menores es un abuso contrario a los Derechos Humanos y un obstáculo para el desarrollo sostenible de la agricultura y la seguridad alimentaria".
   En todo el mundo hay 215 millones de niños trabajadores, de los cuales alrededor de 130 millones de niños y niñas de entre 5 y 17 años trabajan en la agricultura, incluidas la ganadería, la pesca y la silvicultura. Muchos de ellos desempeñan trabajos peligrosos y sólo uno de cada cinco recibe paga ya que la mayoría son mano de obra de la familia sin remuneración, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
   "Un trabajo que perjudica la salud de los niños y su desarrollo puede producir efectos a largo plazo en la edad adulta, y se ha demostrado repetidamente que el trabajo de menores tiene repercusiones negativas en la educación. El trabajo de menores también socava los esfuerzos por promover empleos dignos para los jóvenes, un elemento clave para revitalizar la agricultura en todo el mundo y reducir la pobreza", ha señalado Graziano da Silva.
   La pobreza generalizada es una de las principales causas y consecuencias del trabajo de menores en las zonas rurales. Según la FAO, los trabajos peligrosos a menudo perjudican la salud de los menores, su seguridad o su estado psicológico.
   En 2006, los gobiernos, los trabajadores y las organizaciones de empleadores se comprometieron a eliminar las peores formas de trabajo de menores, incluido el trabajo peligroso, para el año 2016. En 2010, la comunidad internacional adoptó una guía para eliminar las peores modalidades del trabajo infantil que pone de relieve el predominio de ese tipo de trabajo en el sector agrícola.
   Aunque la intervención sobre el trabajo de menores se centra a menudo en los mercados internacionales y las cadenas de valor para la exportación, como las industrias del cacao y el algodón, la mayoría de los niños trabajadores están en la agricultura familiar, así como en la producción de cultivos alimentarios, la pesca, la silvicultura y la ganadería.
   "Es nuestra responsabilidad conjunta apoyar a las familias rurales pobres para que los niños puedan ir a la escuela en lugar de trabajar. Todos los niños tienen derecho a la educación", ha afirmado el director general de la FAO.
   Aunque la agricultura siga siendo un sector insuficientemente reglamentado en muchos países y el problema del trabajo de menores sea complejo, diversos países prometen fortalecer el compromiso e iniciativas orientadas al futuro.
   La organización ha destacado en su comunicado el caso de Camboya, cuyas autoridades han asumido compromisos concretos para hacer frente al trabajo de menores en la pesca y la acuicultura. El jefe del Departamento de Pesca y Acuicultura de la FAO, Árnie M. Mathiesen, ha instado a los países a seguir el ejemplo de Camboya, "tomando medidas normativas concretas y asumiendo compromisos".
   A su juicio, también es "fundamental" el "compromiso de las comunidades locales" y aplicar enfoques innovadores que aseguren, por un lado, ingresos suficientes y la seguridad alimentaria y, por otro, la aplicación efectiva de los convenios del trabajo.
   Las actividades de la FAO para fortalecer la capacidad de las familias de obtener ingresos dignos, la disponibilidad de alimentos y la nutrición contribuyen a habilitar a las familias para enviar a sus hijos a la escuela en lugar de que trabajen.
   Los programas de diversificación de los ingresos, resiliencia frente a los riesgos, ordenación de los recursos naturales, calidad de la educación rural y tecnologías ahorradoras de mano de obra afrontan las causas del trabajo de menores en la agricultura, contribuyendo así a proporcionar "soluciones sostenibles".

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