BRUSELAS.- En caso de quiebra de un banco, que paguen los accionistas y
los acreedores, pero no los contribuyentes, a través del dinero público.
Es la base de la propuesta que hoy presenta la Comisión Europea, como
un primer paso hacia la unión bancaria de la UE. Se prevé la creación de
una red europea de fondos de garantía de depósitos, que permitiría a
los bancos prestarse dinero entre ellos, sin recurrir a inyecciones de
capital de los Estados.
Fuentes comunitarias aseguran que la propuesta de Bruselas no es una
respuesta a las turbulencias en los mercados financieros de las últimas
semanas y niegan cualquier relación con el caso Bankia. Se trataría de
un planteamiento más general para evitar más intervenciones
multimillonarias de los gobiernos que han tenido que salvar a sus bancos
y dejar la responsabilidad del saneamiento de las entidades en manos de
los accionistas o acreedores.
El plan pasa por crear fondos nacionales de resolución que estarán
obligados a prestarse recursos cuando haya que financiar la
restructuración o liquidación de un banco y a poner medios comunes para
hacer frente a problemas bancarios transfronterizos. Esto, visto desde
Bruselas, es el embrión de un mecanismo de financiación europeo.
La Comisión Europea propone tres fases: la prevención (en la que
habrá planes de recuperación y de resolución); la intervención temprana
(en la que se destituye a los gestores y se nombra a un gestor especial y
se diseña un plan para reestructurar la deuda); y la resolución (en la
que se vende o se fusiona el negocio, se integra toda o parte de la
actividad en un «banco puente» temporal, se crea un «banco malo» y se
implica a los acreedores.
El comisario de Mercado Interior, Michel Barnier, dará hoy más
detalles de la iniciativa que, en cualquier caso, tendrá que ser
aprobada por los Estados y por el Parlamento Europeo.
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