domingo, 3 de junio de 2012

Un rescate de la banca... ¿alemana?

SAN FRANCISCO.- Pues va a ser que al final François Hollande sí sabía cómo estaban los bancos españoles mejor que Mariano Rajoy. Hace diez días, en Chicago, Rajoy dijo textualmente eso, después de que Hollande saliera con la ocurrencia de que era necesario algún tipo de mecanismo europeo para salvar a nuestros bancos. Poco después, sobrevino la catástrofe de Bankia y se desató el pánico acerca del sector financiero español. Ahora, el Gobierno español celebra que el secretario del Tesoro de EEUU, Tim Geithner, apoye que los bancos puedan financiarse en el 'fondo de rescate' europeo. Es una posibilidad que ya había sido sugerida por el Fondo Monetario Internacional (FMI) hace un mes y medio, y a la que Alemania se niega, según 'El Mundo', de Madrid.

En cualquier caso, vamos por la quinta reforma financiera en tres años, con unas comunidades autónomas que, independientemente de quién las gobierne, tienen una propensión a la contabilidad a la griega (por no hablar del hecho surrealista de que tarden casi seis meses en publicar su déficit, lo que las aproxima más bien a Zimbabue) y con un Gobierno que debería mejorar su política informativa, si la tuviera. No hace falta ser muy espabilado para recordar aquello de "vender con el rumor, comprar con la noticia". Y en España las noticias cambian cada hora. En ese contexto, pedir tranquilidad al mercado es una pérdida de tiempo.
Así pues, parece que hace falta un rescate. Lo cual dinamita uno de los mitos de esta crisis: su origen no ha sido el gasto público, sino el endeudamiento del sector privado: familias, empresas y bancos (y de esas aberraciones públicas llamadas cajas de ahorros). No es que en España estemos para dar lecciones acerca de cómo gestionar los dineros públicos, pero el problema está en el sector privado.
Pero los rescates no sacan de la crisis. Grecia, Portugal e Irlanda siguen sin tener acceso a los mercados de deuda desde el rescate. El bono portugués está al 9%, y ese Gobierno no descarta pedir más ayudas. Irlanda es el país que siempre está a punto de salir de la crisis y nunca lo consigue.
Sí puede haber un país —o dos— que se vea muy beneficiado por los rescates. En particular en lo que respecta a su sector financiero, que está bastante hecho polvo, hasta el punto de que su segundo mayor banco está parcialmente nacionalizado: Alemania.
¿Alemania? ¿Los probos germanos? ¿Los que lo pagan todo? Sí.
Empecemos por el principio. Si un deudor no puede pagar, eso es responsabilidad del deudor y del que ha prestado. Es lo que se llama riesgo moral. Eso, como muchas otras cosas del capitalismo, los estadounidenses lo pillan mejor que los europeos continentales. Es decir: si los bancos alemanes y franceses financiaron a los vagos, fornicadores y zafios griegos, españoles, irlandeses, italianos y portugueses, es porque esperaban un retorno. Es más: es porque consiguieron un retorno durante mucho tiempo.
Hasta que esos países no pudieron —no pudimos— seguir pagando lo que debíamos. Y los bancos alemanes y franceses se encontraron con un problema: habían prestado, literalmente, más de lo que tenían.
Entonces, entran en escena el FMI y el sistema de rescates de la Unión Europea. Ambos, a cambio de unos recortes del gasto que perpetúan las recesiones (y que además no siempre se ponen en práctica), dan dinero a esos países.
Fundamentalmente, el rescate tiene un objetivo: hacer innecesario que el país que recibe los fondos tenga que ir al mercado a financiarse.
Esos países no emiten deuda. Y los intereses de su deuda son pagados por los fondos de rescate. Con lo cual se está garantizando que a van a seguir pagando lo que deben. Eso sí: ahora les da el dinero para hacerlo el FMI, o el mecanismo de rescate europeo (que, a su vez, está garantizado en más de un 20% por Alemania). Pero esos bancos no dejan de percibir fondos. Entretanto, pueden ir deshaciéndose de esa deuda. Además, con sus intervenciones para comprar deuda, el BCE ha mantenido en muchos casos (véase España) artificialmente bajo el tipo de interés de la deuda. La deuda privada es más complicada, pero también se puede ir colocando a otros. En el proceso, también es posible ir adoptando posiciones para cubrir los riesgos de esos activos.
Según la edición alemana de Financial Times, citando a fuentes del Bundesbank (el banco central germano) la banca alemana ha recortado su exposición a la deuda pública griega en alrededor de un tercio desde que empezó la crisis. Más duro es Bloomberg Business Week. Ese semanario explicaba la semana pasada que los bancos alemanes habían reducido sus riesgos en la periferia de la eurozona en 296.000 millones de euros en 2010 y 2011. Como comparación, añadía, Alemania ha contribuido con 15.000 millones de euros al rescate griego.
En otras palabras: los rescates de los países en crisis son rescates de la banca acreedora. Fundamentalmente, alemana y francesa. Esas entidades ganan tiempo para recortar su exposición a los países 'rescatados' que, en general, lejos de mejorar, sólo ven cómo su economía empeora.
Así, ahora, Alemania se puede permitir que Grecia salga del euro. Es cierto que hay un factor de incertidumbre terrible, porque los canales de transmisión financiera son imprevisibles y no siempre son conocidos. Pero lo que en 2010 habría sido devastador para Berlín, ahora no lo debería ser.
Eso sí: Alemania aún no se puede permitir que España o Italia salgan del euro. Y una eventual vuelta de Grecia al dracma podría agravar el contagio que ya sufrimos. Otra cosa podría ser un rescate de España que nos blindara unos años mientras los bancos alemanes van deshaciendo sus posiciones en España.
Es el problema de ignorar el riesgo moral.

No hay comentarios:

Publicar un comentario