DUBAI.- El embargo de petróleo de la Unión Europea para presionar al
régimen iraní para que cese en su programa de enriquecimiento de uranio
ha hecho cambiar el mapa del petróleo en Oriente Medio. Teherán ha
amenazado a la comunidad internacional con cerrar el estrecho de Ormuz y
ha obligado a los países del Golfo a distribuir su «oro negro» por
otras vías.
Los Emiratos Árabes han inaugurado un oleoducto de 370 kilómetros
para pasar el crudo hasta el Océano Índico sin cruzar Ormuz, que
funcionará a pleno rendimiento a partir de agosto. Se traslada así el
crudo directamente desde el desierto de Habshan hasta el puerto de
Fujairah, el mayor depósito de carburantes en la zona este del Golfo. El
oleoducto tiene capacidad para transportar 1,5 millones de barriles
diarios.
El gobierno de Abu Dhabi, abre así una vía alternativa para sacar el
75 por ciento de su producción, dirigida principalmente a los países
asiáticos. Los primeros beneficiarios de estas medidas han sido
ExxonMobil y Shell. La construcción de este oleoducto se inició en 2008
tras la posibiliad de que Irán decidiera cerrar el estrecho de Ormuz en
caso de sanciones contra sus exportaciones petroleras.
El 1 de julio la UE comenzó el embargo y este fin de semana algunos
militares iraníes han amenazado con el cierre de este estratégico paso
marítimo, vital para las compañías petroleras. Ante la tensión que hay
en la zona, las autoridades de EAU han decidido según palabras del
ministro de petróleo Mohammed bin Dhaen al-Hamli, de «abrir este
proyecto estratégico, que es complementario y nos premite poder tener más
de una ruta de distribución».
Hasta ahora, EAU, Qatar y Kuwait, dependen totalmente de Ormuz para
exportar su crudo. Arabia Saudí también abrió hace unos meses un
«bypass» para trasnsportar más crudo por el Mar Rojo. Por el Estrecho
pasó el año pasado el 35 por ciento de la producción internacional de
petróleo, casi el 20 por ciento del mercado mundial.
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