domingo, 22 de julio de 2012

El PP alerta de una conspiración europea contra España

MADRID.- Quedan menos de 24 horas para la apertura de los mercados y ya se teme lo peor. Que España se aproxime a su jaque mate, al sumidero, a que los inversores castiguen más aún las dudas sobre la economía. Un terror alimentado el viernes con la prima de riesgo en máximos históricos por la petición de rescate del País Valencià y hoy por la demanda de auxilio de Murcia, según reflexiona 'Público'. 

El Gobierno vive sumido en el más absoluto desconcierto, porque ni su siguiente ronda de recortes ni la firma de las condiciones de la línea de crédito a la banca han servido para apaciguar a los mercados. Así, la única solución inmediata es la salvación del Banco Central Europeo (BCE). En las últimas horas, el Ejecutivo ha aumentado la presión sobre el organismo europeo. Debe dejar de ser un banco "clandestino" y debe "apostar por el euro", "contrarrestando" el acoso de los especuladores, suplicó el viernes y sábado el titular de Exteriores, José Manuel García-Margallo. Y este domingo lo ha hecho Esteban González Pons, difuminado desde el último congreso del PP y defenestrado a vicesecretario general de Estudios y Programas.
"En manos del BCE está cortar el juego de los especuladores con la prima de riesgo española a partir de mañana. Si el BCE quiere, esto se acaba el lunes. Y si no se acaba el lunes, es porque el BCE no quiere. O dicho de otra manera, porque alguien no quiere que el BCE quiera. Esa es la realidad: alguien puede que no quiera que España y los países del sur pertenezcan al mismo club que los países del norte de Europa", ha subrayado Pons, reflotado hoy como portavoz del PP.
El veredicto del vicesecretario de Estudios, conceptista como pocos, encierra varios juicios en uno. Primero, descarga en el BCE toda la responsabilidad de que España escape del rescate total, toda vez que el Gobierno de Mariano Rajoy, como siempre ha sostenido, ha cumplido su "parte" del contrato, atajando el déficit y procediendo a impulsar las reformas estructurales. El exportavoz del PP contesta así al puntapié propinado por Mario Draghi, presidente de la institución, que en una entrevista publicada ayer por el rotativo francés Le Monde, advertía de que no actuaría para "resolver los problemas financieros nacionales". En román paladino, que no haría nada para salvar a España. 
Hay un segundo elemento en la argumentación de Pons, todavía de más calado: si el BCE se queda de brazos cruzados es porque "alguien no quiere". Y ese "alguien" parece apuntar directamente a Alemania y su canciller, Angela Merkel, que es la que siempre ha puesto más pegas a la recapitalización directa de la banca y la que ha recelado de que el organismo compre deuda en los mercados –los tratados no permiten que Draghi pueda adquirir bonos directamente a los Estados–.

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