miércoles, 18 de julio de 2012

Portugal se financia más barato que España en letras a 6 y 12 meses

LISBOA.- El Tesoro portugués ha colocado este miércoles 2.000 millones de euros en sendas emisiones de letras con vencimiento a seis y doce meses por las que ha ofrecido un interés medio del 2,292% y del 3,505% respectivamente, logrando en ambas operaciones un coste de financiación inferior al del Tesoro Público español, a pesar de que el país luso se encuentre intervenido desde el año pasado tras recibir un rescate de 76.000 millones de euros por parte de la UE y el FMI.

   En concreto, el Tesoro luso ha colocado 750 millones de euros en letras a seis meses con un interés medio del 2,292%, frente al 2,653 abonado en junio, y una fuerte demanda, que superó en 3,8 veces la oferta de papel.
   Asimismo, en una segunda subasta se vendieron 1.250 millones de euros en letras a doce meses, por las que el Tesoro portugués ofreció un interés del 3,505%, frente al 3,834% abonado hace un mes, con una ratio de cobertura de 2,4 veces.
   Por su parte, el Tesoro Público español logró colocar este martes 2.599 millones de euros en letras a 12 meses con un interés del 3,918%, mientras que en la última subasta de deuda a seis meses tuvo que ofrecer una rentabilidad del 3,237%.
   De este modo, Portugal se convierte en el segundo país sometido a un rescate completo que logra financiarse en los mercados a costes inferiores a los de España, después de que Irlanda colocara a principios de julio letras a 3 meses a intereses inferiores a los abonados entonces por España.

 Rajoy podría aprender algunas lecciones de Portugal

El presidente español, Mariano Rajoy, podría aprender algunas lecciones en comunicación de la vecina Portugal mientras se esfuerza por restaurar la confianza en las cuentas públicas de Madrid para evitar un rescate internacional en toda regla.
Los costes de financiación de España se han disparado, dejando al país al borde de tener cerrados los mercados de bonos, incluso tras haber conseguido que sus socios de la eurozona presten ayuda a sus bancos y un nuevo plan de austeridad.
Portugal, país mucho más pequeño, ya recibió un rescate de 78.000 millones de euros y poco a poco va recuperando parte de la confianza inversora tras recortar drásticamente su presupuesto y privatizar compañías públicas bajo el estrecho escrutinio de la troika, formada por el Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional.
Ambos países están gobernados por gobiernos de centro-derecha que disfrutan de amplias mayorías parlamentarias respaldadas por votantes hartos de la crisis económica que expulsó a los anteriores gobiernos socialistas.
Pero aquí se acaban las semejanzas.
El primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho, y sus ministros han adoptado un severo mantra neoliberal, mientras Rajoy comenzó adoptando un tono desafiante y nacionalista y enviando mensajes mixtos a los mercados sobre cómo resolver los problemas de los bancos españoles, el déficit presupuestario y el excesivo gasto de las regiones.
Rajoy se demoró en tomar las primeras medidas, negó hasta el último momento cualquier necesidad de ayuda externa para la banca y luego dejó que sus ministros hiciesen los anuncios impopulares.
"Mariano Rajoy ha hecho cosas buenas. Si miras a la sustancia, ha llegado lejos, pero es cierto que la comunicación no ha sido siempre exitosa", dijo Gilles Moec, economista de Deutsche Bank.
"Se creó cierta burbuja de incertidumbre alrededor de las regiones y de los bancos que ha tenido consecuencias en los mercados", agregó.
Passos Coelho se ha ganado una reputación de estricta obediencia a las dolorosas recetas alemanas en materia de recortes en gasto social. Tanto él como sus altos funcionarios han mantenido reuniones individuales con grandes inversores en Alemania, China y Estados Unidos para explicar su caso.
El ministro de Finanzas portugués, Vitor Gaspar, un ex jefe de investigación del BCE y antiguo y curtido experto de la Comisión Europea, tiene una autoridad indiscutible sobre la economía y las cuentas públicas y cuenta con el total respaldo de Passos Coelho.
En cambio, las líneas de responsabilidad en la política fiscal y económica de España se han vuelto borrosas y a veces se han cruzado entre el ministro de Economía, Luis de Guindos, el de Hacienda, Cristóbal Montoro, y los propios asesores económicos de Rajoy.
Rajoy prometió disciplina presupuestaria, pero de forma unilateral relajó el objetivo de déficit de Madrid para luego negociar con Berlín y Bruselas en busca de flexibilidad mientras rogaba en vano que el BCE comprase bonos españoles para apaciguar a los mercados.
"El Gobierno de Portugal ha comunicado mejor su estrategia a los inversores, de una manera coherente y creíble", dijo un analista senior que ha visitado ambas capitales.
"Tienen altos responsables que son coordinados y persuasivos y parecen genuinamente comprometidos con su programa de reformas", dijo el analista.
La misma fuente dijo que España se ha visto obligada a hacer esfuerzos para restaurar la confianza porque ha tenido que responder constantemente con nuevas medidas.
Otros gestores de activos que han visitado Madrid dijeron que se dejaron convencer por la determinación política pero luego se quedaron frustrados con las respuestas vagas sobre los planes del gobierno para controlar el despilfarro de las 17 comunidades autónomas, uno de los focos de la desviación fiscal.
"También es justo decir que la capacidad de obtener una información clara es peor en España que en Portugal. Por ejemplo, si quieres saber lo que está pasando exactamente con las regiones, necesitas leer 1.950 páginas. Y no tenemos tiempo para eso", dijo Moec.
Al explicar la determinación del Gobierno portugués, el politólogo de la Universidad de Lisboa, Antonio Costa Pinto, recuerda que, a diferencia de España, Portugal no disfrutó de un boom económico antes de que estallara la crisis financiera en 2008.
"El Gobierno sabe muy bien que el país ha estado estancado en la última década, así que realmente necesitan encontrar una salida", dijo.
"España, por su parte, sigue esperando volver a la prosperidad previa a la crisis, por lo que tiende a resistirse a una austeridad impuesta".
Estos enfoques opuestos son también considerables en la divergente historia y cultura de los vecinos ibéricos.
La pequeña Portugal saca pecho por su obstinada resistencia a los intentos españoles de conquistarla a lo largo de los siglos, ayudada por Inglaterra merced a la alianza política más antigua del mundo. Este telón de fondo hace que Portugal esté más dispuesta a aceptar la lógica anglosajona y de la Europa del norte.
Mientras los portugueses lidian estoicamente con la austeridad prescrita por Bruselas y Berlín, algunos españoles, tradicionalmente más temperamentales, orgullosos y bravucones, han respondido a los recortes impulsados por la contribuyente Alemania con rabia y protestas en las calles.
Portugal previsiblemente regresará al mercado de deuda en el último trimestre de 2013. Su bono de referencia a 10 años tiene una rentabilidad de más del 10 por ciento en el mercado secundario, aunque está bastante por debajo del más del 17 por ciento que marcó en enero.
España sigue emitiendo regularmente deuda a largo plazo en el mercado primario, pero la rentabilidad de su deuda a diez años ha coqueteado con el 7 por ciento, un nivel considerado insostenible a medio plazo.
El Gobierno portugués ha empleado los servicios de la consultora internacional de comunicación Brunswick para ayudarle a construir su imagen ante la troika y ante los inversores.
Lisboa ha sobresalido en mantener contenta a la troika, con el resultado de que hay muy pocos comentarios negativos sobre Portugal por parte de Bruselas u otras capitales europeas.
Sin embargo, José Carlos Díaz, economista español de Intermoney, dijo que complacer a la troika no es garantía de salvación.
"Los bonos portugueses seguirán siendo basura el año que viene. No tendrán grado de inversión hasta que la economía no crezca", dijo.
Ambos países se enfrentan a una fuerte recesión este año y podrían no regresar a la senda del crecimiento el año que viene, según las últimas proyecciones del FMI.
Sin embargo, Moody's Investors Service ve "margen para el optimismo" en cuanto al presupuesto y la economía de Portugal, mientras que otra agencia de calificación crediticia, Fitch, alabó sus privatizaciones y esfuerzos en reestructurar las empresas públicas.
Lisboa también ha conseguido aprobación por mantener la cabeza gacha y alejarse de la guerra dialéctica que hay en Europa sobre bonos comunes y medidas de estímulo.
"Las notas no son lo que realmente hacen a un alumno bueno, sino su comportamiento", dijo Filipe García, economista y responsable de la consultoría Informaçao de Mercados Financeiros, en Oporto.
Rajoy y su gabinete se pasaron los primeros seis meses de gobierno enviando mensajes contradictorios a los mercados sobre sus planes presupuestarios, la toma de control público de la problemática Bankia, el rescate de sus bancos y la forma en la que controlarán los presupuestos de las autonomías y su acceso a los mercados.
"Cuando hace comunicados, Rajoy dirige directamente su mensaje a la ciudadanía española, a los votantes, pero la prioridad debería ser recuperar la confianza de los mercados. Hay una cacofonía tremenda", dijo un experto en comunicación en España.
Altos funcionarios en Bruselas también dijeron que el gobierno español ha perdido credibilidad y no tendrá mucho margen de maniobra a la hora de implementar su política económica.
Pero Rajoy, que se ha alejado de los focos y dejado a sus ministros dar la cara en duros anuncios como el rescate de los bancos del país, podría estar cambiando ahora de estrategia.
El miércoles pasado salió realmente a primera línea de fuego al anunciar una batería de nuevas medidas de austeridad en el Congreso en un discurso con tintes dramáticos.

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