PARÍS.- El Gobierno francés ha rebajado de manera
notable sus previsiones de crecimiento del producto interior bruto (PIB)
para 2012 y 2013, según anunció el primer ministro francés, Jean-Marc
Ayrault, en la Asamblea Nacional, donde ha anunciado numerosos medidas
para los próximos cinco años de Gobierno, entra las que se incluye una
reforma fiscal.
El Gobierno francés prevé que la economía gala crezca este año
un 0,3%, cuatro décimas menos en comparación con el 0,7% que recogía la
última estimación realizada por el Ejecutivo de Nicolas Sarkozy, y un
1,2% en 2013, frente al 1,7% que preveían los últimos presupuestos.
Durante su intervención, el primer ministro francés recordó
que ya durante la campaña electoral el partido socialista anticipó que
el crecimiento sería más débil de lo estimado y señaló que la "prudencia
y la sinceridad" le han llevado a recortar estas previsiones.
En este contexto peor del esperado, el primer ministro
reivindicó la seriedad y la responsabilidad presupuestaria, por lo que
anunció una reforma fiscal y apeló a un esfuerzo a nivel nacional. Sin
embargo, insistió en mostrar su rechazo a la austeridad.
En concreto, Ayrult incidió en que la voluntad del Gobierno es
apelar a aquellos que hasta ahora habían sido eximidos de este esfuerzo
colectivo, con medidas como eliminar el "incomprensible" alivio en el
Impuesto de Solidaridad sobre la Fortuna (ISF) y los grandes sucesiones o
suprimir las exenciones de cotizaciones en las horas extraordinarias
trabajadas en las empresas de más de 20 trabajadores, ya que desalienta
la creación de nuevos empleos.
Asimismo, anunció que se suprimirá la subida del IVA prevista
para el mes de octubre, conocida como el IVA social, medida que
beneficiará a la clase obrera y la clase media, y señaló que los
impuestos sobre la renta serán "más justos, más progresivos y más
comprensibles".
En este sentido, añadió que los impuestos reales que pagan las
clases más altas no pueden seguir siendo inferiores al de la mayoría de
los ciudadanos franceses, por lo que confirmó, como ya prometió
François Hollande, que los ingresos anuales superiores a un millón de
euros tendrán una impuesto excepcional del 75%.
"Yo no soy el enemigo del dinero, pero yo no tengo en cuenta a
la gente con la que hablo en función de sus patrimonio y de sus
ingresos", incidió Ayrult, quien añadió además que los ingresos al
capital tendrán impuestos al mismo nivel que los del trabajo.
Por otro lado, durante su intervención Ayrault también informó
de que el Gobierno tiene previsto contratar a más policías y
profesores, incluidos 1.500 auxiliares escolares este año. Además,
añadió que los funcionarios tendrán una "estabilidad general", al
contrario que con el anterior gobierno, que destruyó empleo público de
forma masiva.
Asimismo, el Gobierno ampliará los medios para luchar contra
el fraude fiscal, al mismo tiempo que reforzará la innovación
tecnológica en la industria para mejorar la productividad y presentará
este mes un plan para hacer frente a los problemas del sector
automovilístico.
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