LONDRES.- La agencia de calificación crediticia Fitch
Ratings ha decidido mantener la calificación de la deuda a largo plazo
de Italia en 'A-' con perspectiva 'negativa' debido al compromiso del
Gobierno con la reducción del déficit y por las medidas adoptadas,
aunque advierte de que la economía italiana se enfrenta a varios riesgos
que pueden empeorar su situación.
"Al afirmar las calificaciones soberanas de Italia, Fitch ha
tratado de mirar más allá de las actuales condiciones económicas y
financieras y tener en cuenta las recientes y futuras reformas
estructurales que mejoran el potencial de crecimiento de la economía",
explica Fitch, quien además cree que es posible que logre la
estabilización y la reducción de su deuda.
En esta línea, también destaca el "compromiso demostrado" por el
gobierno italiano de reducir el déficit presupuestario y la deuda
pública, con varios paquetes de medidas que permitirán cumplir los
objetivos marcados, así como el visto bueno en el Parlamento para
incluir la 'regla de oro' en la Constitución y la ratificación del Pacto
Fiscal europeo.
En concreto, respalda la reciente reforma del mercado laboral y
las medidas para lograr una economía "más flexible", así como la reforma
de las pensiones, que ha fortalecido la sostenibilidad del sistema de
pensiones y las finanzas públicas en el medio y largo plazo.
Asimismo, señala que el desempeño económico y fiscal de Italia ha
estado en línea con lo que preveía en su análisis de enero de la
economía del país y considera que, en ausencia de impactos negativos, el
Tesoro italiano mantendrá el acceso a los mercados de financiación,
aunque a un coste "relativamente alto".
Sin embargo, Fitch recuerda que el rating de Italia permanece en
perspectiva 'negativa', lo que refleja la existencia de algunos riesgos
como unas perspectivas económicas en el corto y medio plazo más débiles
de lo que la agencia prevé actualmente.
Asimismo, alerta del riesgo de una desviación en el desempeño
fiscal respecto a las estimaciones de Fitch que impida estabiliza
colocar el ratio de deuda pública en una senda a la baja en los próximos
dos años.
En este línea, incide en la incertidumbre política en el medio
plazo, especialmente en lo referente a la continuación y el cumplimiento
total de las reformas estructurales necesarias para mejorar la
competitividad y el potencial de crecimiento de la economía italiana.
Por último, también avisa de un posible empeoramiento de las
condiciones de financiación como consecuencia de posibles 'shocks'
internos o externos, como sería el caso si la eurozona no implementa a
tiempo medidas para estabilizar los mercados de duda, no se cumplen los
compromisos adquiridos en la cumbre de junio o se produce un contagio de
la situación de otros países de la perifieria, especialmente Grecia.
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