BRUSELAS.- España seguirá como garante del crédito
europeo de hasta 100.000 millones de euros a la banca incluso cuando
entre en vigor la recapitalización directa a cargo del fondo de rescate y
la ayuda deje de computar como deuda. Ello significa que si alguna
entidad no devuelve los préstamos será el Estado el que deba asumir las
pérdidas.
"El mecanismo europeo de estabilidad (MEDE) puede, si así se
decide, adquirir acciones de un banco, pero sólo con la garantía plena
del Estado afectado", ha indicado un alto funcionario europeo. "Lo que
se logra es evitar el impacto de ese préstamo en la ratio de deuda
pública. Pero el riesgo sigue siendo del país y no del MEDE", ha
agregado.
"Hay gente que piensa que con las reglas actuales el MEDE podría
acabar siendo el propietario de Bankia, con todos los riesgos de Bankia
en el balance del fondo de rescate. Este no es en absoluto el caso", ha
resaltado el alto funcionario.
Los ministros de Economía de la eurozona tratarán de alcanzar el
lunes un "acuerdo político" sobre las condiciones que se incluirán en el
memorándum del rescate bancario español. Si no hay problemas, el
memorándum se finalizará y se firmará antes de que acabe julio, según
las fuentes consultadas.
Una vez firmado el memorándum, los fondos se inyectarán en las
entidades con problemas siguiendo las reglas vigentes, que no prevén la
recapitalización directa. Es decir, el fondo de rescate trasferirá el
dinero al fondo ordenado de reestructuración bancaria (FROB) y éste a su
vez lo dirigirá a los bancos necesitados. El préstamo computará como
deuda en esta primera fase.
"Los primeros bancos españoles necesitan ser recapitalizados en
otoño de este año y los otros, muchos otros, en primavera del año que
viene", ha asegurado el alto funcionario.
La recapitalización directa sólo será posible cuando se haya
creado un supervisor único a partir del Banco Central Europeo. Aunque
los líderes de la eurozona se han comprometido a que ello se haga antes
de que acabe el año, las fuentes consultadas creen que podría retrasarse
a mediados de 2013 o incluso hasta 2014, fecha en la que ya habría
finalizado el plan de rescate español.
Aún así, en ese momento, los préstamos a la banca española dejarán
de contar como deuda para el Estado, pero España seguirá avalándolos.
Los líderes europeos tienen que decidir en las cumbres de octubre y
diciembre si avanzan a largo plazo hacia una unión bancaria plena que
implicaría compartir riesgos -algo a lo que se oponen Alemania,
Finlandia y Países Bajos-. Si este proyecto se finaliza, los Estados
miembros ya no tendrían que avalar las recapitalizaciones directas, sino
que será el fondo de rescate, y por tanto todos los países de la
eurozona, los que asuman proporcionalmente las pérdidas, según las
fuentes consultadas.
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