ESTRASBURGO.- El presidente de la Comisión Europea, José
Manuel Durao Barroso, ha celebrado este martes las medidas aprobadas la
semana pasada en la cumbre de líderes europeos para estabilizar a corto
plazo el mercado de deuda, pero ha avisado de que la crisis está "lejos"
de haber terminado y de que no hay "soluciones mágicas".
Barroso ha resaltado que los acuerdos para recapitalizar
directamente bancos y para que el fondo de rescate compre deuda fueron
respaldados por los Veintisiete -pese al desmarque posterior de
Finlandia y Países Bajos-, aunque ha admitido que existen "resistencias
muy significativas" entre los Estados miembros a una mayor integración.
"Quiero subrayar la importancia de que la declaración de la
eurozona (en la que se detallan estas medidas) fuera respaldada por los
veintisiete Estados miembros. Es un mensaje fuerte y así ha sido
percibido por el mundo exterior", ha dicho Barroso en un discurso ante
la Eurocámara para presentar los resultados del Consejo Europeo del 28 y
29 de junio.
El Ejecutivo comunitario presentará "rápidamente" su propuesta
para convertir al Banco Central Europeo (BCE) en supervisor bancario
único de la eurozona. Esta es la condición para que entre en vigor la
recapitalización directa, aunque Barroso no se ha comprometido en
fechas. También ha destacado la importancia de que se haya eliminado el
carácter preferente del préstamo a la banca española, lo que significa
que no relegará a los inversores privados.
"Tras este Consejo Europeo, y siempre que todos los Estados
miembros respeten plenamente sus compromisos, estaremos mejor equipados
para hacer frente a los graves retos que nos esperan. Pero todo esto es
un trabajo en curso. No hay soluciones rápidas y no habrá soluciones
mágicas", ha explicado el presidente de la Comisión a los eurodiputados.
Los resultados de la cumbre, ha resaltado Barroso "no significan
que la crisis haya terminado, lejos de eso". A su juicio todavía queda
"un trabajo sustancial" pendiente. "Pero significan que ahora hay una
expresión de voluntad política de avanzar para responder a problemas
urgentes a corto plazo", ha indicado.
"Aunque hubo progresos a la hora de reconocer que se necesita una
Europa más fuerte, también hubo resistencias muy significativas a dar
más pasos. Pero hay resistencias precisamente porque hay movimiento", ha
insistido el presidente de la Comisión, que se ha mostrado convencido
de que Europa podrá "emerger más fuerte de la crisis".
En todo caso, ha reconocido que en el Consejo Europeo "los
diferentes Gobiernos estaban bajo presión por diferentes razones".
"Y
como las causas de la presión difieren, también las preferencias sobre
posibles soluciones", ha indicado.
Por su parte, el presidente del Consejo Europeo, Herman Van
Rompuy, ha dicho que en el informe intermedio que se presentará en
octubre con propuestas sobre cómo corregir los defectos estructurales de
la eurozona que han agravado la crisis se centrará en medidas que
pueden ponerse en marcha rápidamente, sin modificar los Tratados, como
la unión bancaria, mientras que en diciembre se abordarán las cuestiones
que sí exigen cambios en los Tratados.
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