PARÍS.- Las
declaraciones del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario
Draghi, asegurando que la institución hará "todo lo necesario" para
salvar al euro, dispararon este jueves las Bolsas europeas y redujeron
el coste de financiación de España.
La jornada económica europea también estuvo marcada por el anuncio de
Grecia de un nuevo plan de recortes de 11.600 millones de euros en los
próximos dos años para cumplir con las reformas estructurales prometidas
a sus acreedores.
En Atenas, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao
Barroso, afirmó que "Grecia pertenece a la familia europea y a la zona
euro y queremos que esto continúe". Por ello, "la palabra clave es
resultados, resultados, resultados", dijo.
El Ibex 35 de la capital española encabezó las ganancias, con un
aumento del 6,06% (a 6.368,8 puntos), igual que Milán (+5,62%, 13.210
puntos), París (+4,07%, 3.207,12 puntos) y Fráncfort (+2,75%+,
6.582,puntos). Londres tuvo un alza más moderada, del 1,36%, y cerró en
5.573,16 puntos.
El índice español fue aupado por los valores bancarios, como
Santander (+10,67%, a 4,51 euros), BBVA (10,67%, 4,908 euros), CaixaBank
(+7,64%, 2,549 euros) y Bankinter (+13,90%, 2,392 euros), entre otros.
"El BCE está dispuesto a hacer todo lo necesario para preservar el
euro. Y créanme, será suficiente", dijo el presidente del BCE en una
conferencia de inversores en Londres. "Si las primas de riesgo de las
deudas soberanas perjudican la transmisión de la política monetaria,
entran en el marco de nuestro mandato", explicó Draghi.
Las palabras de Draghi abren la vía a una intervención del BCE, que
podría volver a comprar deuda pública en el mercado secundario (donde
se negocia la deuda ya emitida), algo que no hace desde mediados de
febrero.
El programa de compra de deuda pública empezó en mayo de 2010 a
petición de los dirigentes europeos y el BCE lo ha aplicado de manera
irregular en los últimos meses.
"El mercado sube porque precisamente estaba esperando que el BCE se
manifestara y Draghi dio a entender que podría actuar", dijo Alexandre
Baradez, un analista de Saxo Banque.
En el mercado de la deuda, las palabras de Draghi también relajaron
el mercado de la deuda en España, donde las tasas de interés del bono a
diez años pasaron por debajo del 7% por primera vez desde el 19 de
julio. La prima de riesgo española -el diferencial que paga el bono
español respecto al bono alemán de referencia a 10 años- se situó por su
parte por debajo de los 600 puntos básicos.
El euro también se beneficio de movimiento al alza de los mercados y
alcanzó 1,228 euros por un dólar hacia las 16.40 GMT, frente a los
1,2146 a las 7.15 GMT.
Otras de las posibilidades del BCE en la crisis del euro sería
otorgarle una licencia bancaria al Mecanismo Europeo de Estabilidad
(MEDE), el futuro fondo de rescate permanente de las economías de la
zona euro.
La licencia bancaria permitiría financiar directamente al MEDE, que a
su vez financiaría a los Estados, evitando así una ayuda directa del
BCE a los países, algo a lo que que se oponen algunos países. Alemania y
Holanda, por ejemplo, consideran que comprar deuda es equivalente a
financiar directamente los Estados, algo que prohíben los tratados en
vigor.
El BCE también podría comprar deuda de los países en dificultades en
el mercado secundario (donde se negocia la deuda ya emitida)
Las dificultades de financiación de España se han agravado en los
últimos días y hacen temer que el país necesite un rescate global de su
economía, como el de Grecia, Irlanda y Portugal. Según varios los
analistas, la única manera de evitarlo es una actuación decidida del
Banco Central Europeo.
"Ante esta degradación, el BCE no tiene que quedarse inactivo,
todavía más teniendo en cuenta que las tensiones sobre la deuda española
podrían seguir aumentando durante el verano por la ausencia de
políticos europeos (de vacaciones)", explicaron los analistas de Crédit
Mutuel-CIC.
En Atenas, el Gobierno griego anunció recortes de 11.600 millones de
euros para los presupuestos de 2013 y 2014 mientras los contables de la
'troika' de acreedores (la Unión Europea, el BCE y el Fondo Monetario
Internacional) están ultimando un nuevo informe sobre las cuentas
griegas.
Su misión es analizar las cuentas del país para ver si se cumplen
los objetivos acordados de reducción del déficit y será clave para que
sus acreedores decidan si pagan o no el próximo próximo tramo de ayuda
de 31.500 millones de euros.
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