LONDRES.- España sufrirá una contracción del producto
interior bruto (PIB) del 1,4% en 2012 y del 1,2% el próximo año, según
reflejan las nuevas estimaciones macroeconómicas de Goldman Sachs, que
empeora así sus pronósticos para el país, ya que anteriormente preveía
una caída de la actividad del 1,2% y del 0,1%, respectivamente.
Asimismo, Goldman Sachs augura que España no será capaz de
cumplir los objetivos revisados de reducción del déficit, puesto que
espera que el desequilibrio presupuestario al cierre de 2012 será del
6,7% del PIB, frente al 6,3% establecido, mientras que espera que el
déficit en 2013 se sitúe en el 5,9%, frente al 4,5% fijado como nueva
meta.
Para el conjunto de la zona euro, la entidad prevé que el PIB
retroceda medio punto en 2012 y apenas crezca cuatro décimas en 2013,
con Alemania a la cabeza de la recuperación al expandirse nueve décimas
este año y un 1,3% el próximo, mientras Francia crecerá un 0,2% y un
0,9%, respectivamente.
Por otro lado, Goldman Sachs advierte en su informe de que
España probablemente necesite recibir asistencia más allá de la prestada
a su sistema bancario como consecuencia de la gravedad de su problema
de deuda externa y las rigideces estructurales.
De hecho, la influyente entidad de Wall Street defiende que, a
pesar de la atención prestada por los mercados a la deuda pública, el
problema de la deuda de España "no es tanto de deuda pública, sino un
marcado problema de deuda externa", como resultado de su
sobreendeudamiento internacional, que afecta a la banca española y a su
economía en general, lo que, como resultado, impacta también en las
finanzas públicas españolas.
"España representa un claro ejemplo de la fase de acumulación
de deuda de sobreendeudamiento internacional y un ejemplo actual de un
cese repentino de la financiación privada", añade Goldman Sachs, que
recuerda que, a finales de 2011, los pasivos exteriores netos de España
se habían acercado a niveles similares a los de Grecia, Irlanda o
Portugal.
A este respecto, el banco estadounidense señala que la ayuda
externa para España ha seguido una estrategia de "desapalancamiento
asistido", y opina que "las transferencias implícitas en el uso del
Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) para apoyar a los bancos
españoles probablemente necesitarán extenderse más allá de los bancos
para proteger a España de las presiones de los mercados".
"La gravedad del problema de deuda externa de España,
combinado con las rigideces estructurales, supone que este proceso de
desapalancamiento asistido necesitará ampliar su alcance para España en
los trimestres venideros", señala Goldman Sachs.
En concreto, la entidad considera probable que el FEEF sea
utilizado para adquirir deuda española en el mercado primario, lo que no
necesariamente implica someter al país a un programa completo de la
'troika', pero sí podría suponer una extensión del actual 'rescate
light'.
"Nuestro análisis nos lleva a concluir que España necesitará
más ayuda exterior, aunque, dadas las limitaciones y el mayor tamaño de
la economía española, la forma que adopte este respaldo necesitará ser
más flexible de lo que fue en el caso de otras economías", señala.
Por otro lado, al analizar la sostenibilidad de la deuda
externa española, Goldman Sachs maneja un escenario base en el que esta
puede estabilizarse a sus niveles actuales, aunque advierte de que para
ello si el sector privado sigue remiso ante los activos españoles, sería
necesario más apoyo por parte del BCE y del FEEF para reemplzar esa
financiación privada.
Asimismo, destaca que España todavía necesita mejorar su
competitividad para que puedan coexistir bajos costes de financiación
exterior y de crecimiento.
"La requerida mejora en competitividad no es simplemente una
cuestión de reducir salarios", subraya Goldman Sachs, que considera
crucial acometer "una reestructuración de la economía española desde
sectores no negociables, como la construcción, hacia el sector
negociable, que se vio desplazado durante los años de 'boom' económico".
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