MADRID.- La deuda de las entidades españolas con el
BCE se disparó hasta los 337.206 millones de euros en junio, lo que
supone un incremento del 17% respecto a los 287.813 millones
contabilizados en mayo y el tercer récord histórico consecutivo, según
datos del Banco de España.
Este importe es el saldo vivo que las entidades residentes en
España aún tienen pendiente de devolver al instituto emisor europeo como
consecuencia de la financiación que el organismo les ha concedido
previamente.
Las crecientes dificultades de las entidades españolas para
financiarse en el interbancario se aprecian al constatar que el crédito
solicitado por la banca española al instituto que preside Mario Draghi
se multiplicó por siete respecto al registrado en junio de 2011 (47.777
millones).
La financiación neta concedida en junio por el Eurosistema a
las entidades españolas representó el 77% del total de la Eurozona, que
ascendió a 437.789 millones de euros.
No obstante, esta cifra no sería representativa si se tiene en
cuenta que en algunos países las entidades cuentan con un superávit de
liquidez que se salda a través de las facilidades de depósito, con lo
que el préstamo neto de estos países se cierra en negativo.
Si solo se tiene en cuenta la apelación de la banca española
en las subastas de liquidez del instituto emisor tanto a corto como a
largo plazo (364.997 millones) en relación con el conjunto europeo (1,2
billones de euros), la financiación del Eurosistema correspondiente a la
banca española se rebaja al 30%.
Este porcentaje aún se mantiene muy por encima del que
correspondería a España en función de su aportación al Producto Interior
Bruto (PIB) de la zona euro, de alrededor del 13%.
El importe bruto de apelación no recoge el dinero que los
bancos españoles han tomado prestado del BCE y han vuelto a depositar a
resguardo del organismo para recibir una rentabilidad del 0,25% a un
día. La banca española tiene aparcados 27.792 millones en esta hucha.
En cualquier caso, el BCE acordó en la última reunión de su
consejo de gobierno eliminar esta retribución a los recursos que se
guardan en la institución con el fin de reactivar el crédito en la
eurozona y luchar contra la recesión.
La medida, que entró en vigor hace dos días, produjo una
retirada inmediata del 60% del dinero depositado en esta facilidad en
tan solo una jornada, y es previsible que se refleje en los datos del
conjunto de la Eurozona correspondientes al mes de julio.
No obstante, los analistas
coinciden en que dejar de remunerar los depósitos de la banca en el BCE
no logrará reactivar el crédito en el actual escenario de recesión, sino
que esta liquidez recalará en la deuda pública de los cinco países
europeos (Alemania, Países Bajos, Finlandia, Suiza y Dinamarca) que
ofrecen máximas garantías.
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