MADRID.- La inversión española en el exterior totalizó
11.223 millones de euros en 2011 en términos netos, lo que representa
una caída del 26,9% respecto al ejercicio anterior y de hasta el 86,3%
respecto al pico de 81.811 millones alcanzado en 2007, según datos
provisionales que recoge el III Informe del Observatorio de la Empresa
Multinacional Española de Esade y el ICEX.
Tras la recuperación registrada en 2010, la inversión neta volvió a
descender el año pasado debido a un retroceso del 11,7% en la inversión
bruta, hasta 25.301 millones, y a un repunte del 5,7% en las
desinversiones, que sumaron 14.078 millones de euros.
Con esta evolución de los flujos de inversión, el peso de las
desinversiones sobre la inversión bruta, que antes de la crisis rondaba
el 20%, se ha elevado hasta representar el 55,6% en 2011.
Los autores del estudio, presentado este lunes en el Ministerio de
Economía y Hacienda, han explicado que esto es fruto de una doble
realidad empresarial, de manera que un grupo de compañías mantiene su
despliegue internacional, aunque a un ritmo inferior, mientras que otro
grupo con pérdidas en el exterior decide desinvertir.
El informe subraya que se han producido cambios en la localización
geográfica de la posición inversora de las empresas, de manera que Asia
pasó a suponer en 2010 el 6,2% de la inversión directa, frente al 0,5%
que representaba en 2007.
La presencia inversora española en la Unión Europea de los 15, por
su parte, se repliega, hasta situarse en el 49% del total de la
inversión emitida, mientras que Latinoamérica (con un peso de alrededor
del 31%) comienza a retomar el papel que tuvo en los años 90 como
mercado natural de inversión para España.
El reto se encuentra en los mercados emergentes, según el estudio,
que señala que casi el 25% de los activos de las empresas españolas en
el exterior, más de 89.000 millones de euros, ya se encuentra localizada
en países de alto potencial de crecimiento, especialmente en Brasil,
México y China.
El informe pone de manifiesto además que, si tradicionalmente en
el seno de una empresa matriz, los flujos de financiación suelen ir
desde la casa matriz a las filiales y participadas en el exterior, a
partir de 2008 destacan los fondos recibidos por las empresas españolas
procedentes de sus filiales y participadas, como consecuencia de la
restricción del crédito en España.
Según detalló Xavier Mendoza, uno de los autores del estudio,
entre 2008 y 2009 la financiación neta de las filiales a las empresas
españolas sumó 16.500 millones de euros, a lo que añadió otros 8.500
millones procedentes de reducciones de capital en las subsidiarias.
En esta línea, aseguró que las filiales en el exterior están
recuperando los niveles de rentabilidad en mayor medida que sus empresas
matrices. No obstante, el estudio refleja un incremento del porcentaje
de filiales y participadas que incurren en pérdidas, al pasar de valores
de en torno al 20% en el periodo 20054-2008 a situarse en el 30% entre
2009 y 2010.
El secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, que
clausuró el acto de presentación del estudio, destacó la importancia del
sector exterior y subrayó que, si no fuera por su evolución, la
economía española estaría cayendo por encima del 3%.
García-Legaz repasó además las reformas acometidas por el Gobierno
con el objetivo, según señaló, de favorecer la competitividad de las
empresas que apuestan por la internacionalización y opinó que una bajada
de las cotizaciones a la seguridad social también incidiría en un
aumento de la competitividad.
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