MADRID.- El gobernador del Banco de España, Luis
Linde, ha asegurado que la "euforia" de la burbuja inmobiliaria llevó a
"no ver o no querer ver" los riesgos acumulados antes de la crisis, y ha
considerado que se actuó "con poca decisión" y de forma "inadecuada".
En su primera comparecencia en el Congreso, Linde criticó que durante
la bonanza parecía que "nadie quisiera" prever escenarios de recesión,
de subidas de tipos de interés o de "colapso" financiero.
El
sucesor de Miguel Ángel Fernández Ordóñez primero lamentó que las
fusiones frías (SIP), contempladas para racionalizar el sector, tuvieran
un efecto final "no demasiado positivo". "Contribuyó más bien a
retrasar decisiones y ajustes", aseguró.
Linde también subrayó
que el supervisor debería haber sido "aún más heterodoxo" sobre su
capacidad regulatoria para mitigar la "vulnerabilidad" del sector
financiero. En este sentido, lamentó que las provisiones anticíclicas
se redujeran.
"Esta medida fue criticada por la comunidad
financiera internacional y por la banca española. Desde la perspectiva
de hoy, muchos estarían de acuerdo en que el defecto principal de
aquella norma era su timidez e insuficiencia para contener el
crecimiento excesivo del crédito", explicó.
Así pues, el nuevo gobernador admitió sin ambages que el Banco de
España "no tuvo éxito" en la supervisión macroprudencial, al considerar
que no se enfrentó con la "decisión necesaria" al gran aumento del
endeudamiento y a la corrección del "fortísimo" deterioro en los
balances bancarios.
Además, aprovechó para deslizar críticas
sobre otros supervisores europeos: "El hecho de no ser el único
supervisor europeo al que puede hacerse ese reproche no es un consuelo
para nadie".
"Creo que todos vamos a aprender la lección, que
es muy dolorosa. El sector financiero español saldrá de esta crisis
reforzado y más eficiente", confió tras repasar los puntos del acuerdo
con la UE para facilitar una línea de crédito de hasta 100.000 millones
de euros para sanear la banca.
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