BERLÍN.- El ministro alemán de Economía elogió el jueves las declaraciones del
jefe del Banco Central Europeo, Mario Draghi, destacando que el nuevo
fondo de rescate de la eurozona tiene vetado por la ley europea acceder a
los fondos de la entidad.
Francia e Italia entre otros han presionado para que se garantice
al fondo permanente de rescate, el Mecanismo Europeo de Estabilidad
(MEDE), una licencia bancaria que le permitiría acceder a fondos casi
ilimitados del BCE para combatir la crisis soberana de deuda.
Sin embargo Alemania, la mayor economía de Europa, ha argumentado
durante mucho tiempo que esa medida sería ilegal, ya que calificaría
como financiación del BCE para déficits gubernamentales.
Berlín también cree que esa medida disminuiría la presión
existente sobre los países fuertemente endeudados como Italia y España
para que reformen sus economías y se vuelvan más competitivos.
"La política monetaria no puede ser un sustituto de los esfuerzos
de las naciones en política económica y financiera y por esta razón no
puede ofrecer una solución sostenible a la crisis", dijo el ministro de
Economía, Philipp Rösler, en la primera reacción del Gobierno alemán a
las decisiones adoptadas por el BCE en su reunión del jueves.
"Por esta razón era importante que Mario Draghi haya afirmado la
posición del Gobierno alemán de que un refinanciamiento del fondo de
rescate MEDE mediante el BCE, en la visión del BCE, no es posible", dijo
en un escueto comunicado.
"Coincido completamente (con Draghi) en que una determinada
política de consolidación fiscal y reforma a nivel nacional (...) es
esencial para calmar a los mercados de deuda", añadió Rösler.
Rösler es también líder de los Demócratas Libres, un partido
pro-empresarial y fiscalmente conservador aliado al Gobierno de
centroderecha de la canciller Angela Merkel.
Antes el jueves, Draghi dijo que el BCE se aprestaría a comprar
bonos italianos y españoles en el mercado abierto para ayudar a
disminuir sus costes de endeudamiento, pero añadió que esto sólo
ocurriría después de que los gobiernos de la eurozona activaran los
fondos de rescate para la misma tarea.
Draghi también indicó que el jefe del banco central alemán, Jens
Weidmann, expresó reservas sobre la compra de bonos y que se requerirían
esfuerzos adicionales para persuadir al Bundesbank antes de una
votación final para tomar medidas, probablemente en septiembre.
Los mercados financieros se vieron decepcionados por las
declaraciones de Draghi, ya que esperaban acciones más rápidas para
combatir la crisis.
Rösler no hizo declaraciones respecto a la decisión de revivir el
programa de compra de bonos, aunque responsables alemanes han reiterado
en el pasado los temores del Bundesbank de que podría ser
inflacionario.
En otra reacción alemana al plan de compra de bonos, el líder
parlamentario del principal partido opositor y partidario de la Unión
Europea, los socialdemócratas, también tomó un tono de cautela,
destacando el malestar alemán respecto a los costes de la crisis del
euro.
"En el mejor de los casos, la reanudación de las compras de bonos
de parte del BCE decidida hoy compra algo de tiempo, no es la forma de
superar la crisis. Seguimos en el camino para una unión vinculante, sin
controles democráticos y sin condiciones claramente definidas para los
países receptores", dijo Frank-Walter Steinmeier.
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