LISBOA.- El Gobierno del primer ministro Pedro Passos
Coelho ha aceptado este sábado tras una reunión del Consejo de Estado
"estudiar alternativas" a la subida de la Tasa Social Única (TSU), las
retenciones que practica el Estado a las nóminas de los trabajadores y a
las empresas.
Tras casi ocho horas de reunión del Gobierno y el Consejo de
Estado, un órgano consultivo de la Presidencia formado por los máximos
cargos del Estado y varios expresidentes y exdiputados, fue emitido un
comunicado en respuesta a la masiva contestación social a la subida
anunciada de la TSU.
"El Consejo de Estado ha sido informado de la disposición del
Gobierno a, en el marco de la concertación social, estudiar alternativas
a la modificación de la Tasa Social Única", explica. Además, el
Gobierno señala que "han sido superadas las dificultades que podían
afectar a la solidez de la coalición de gobierno" formada por el Partido
Social Demócrata de Passos Coelho y el Centro Democrático
Social-Partido Popular.
Así, "los consejeros han señalado la importancia crucial del
diálogo político y social y de la búsqueda de consensos para encontrar
soluciones que, teniendo en cuenta la necesidad de cumplir con los
compromisos asumidos (...) garanticen la equidad y la justicia en la
distribución de los sacrificios así como la protección de las familias
de menores ingresos y permitan avistar un crecimiento económico
sostenible".
El texto defiende además las medidas adoptadas por el Gobierno en
el contexto de las iniciativas de las instituciones europeas para
"combatir la crisis de la eurozona", "la creación de una Unión Bancaria
Europea, la disponibilidad del BCE para intervenir en el mercado
secundario de deuda soberana y políticas europeas de crecimiento y
empleo que deberán ser concretadas rápidamente".
En ese sentido, el Gobierno reconoce que "Portugal depende mucho
del exterior para la financiación del Estado y de su economía", por lo
que el Consejo de Estado "considera que deberá realizarse todos los
esfuerzos para que el saneamiento de las finanzas públicas y la
transformación estructural de la economía mejoren las condiciones para
la creación de empleo y preserven la cohesión nacional".
Durante las ocho horas de reunión del Consejo de Estado, miles de
manifestantes expresaron su malestar con los recortes y las medidas del
Gobierno de Passos Coelho ante el Palacio de Belém, residencia oficial
del presidente portugués. Los concentrados corearon consignas como
"¡Cobardes! ¡Cobardes!" a la entrada de los políticos o "El pueblo unido
jamás será vencido" y pidieron la dimisión del Gobierno.
Cinco personas fueron detenidas, cuatro de ellas por el
lanzamiento de petardos, según las autoridades, pero la mayoría esperó
toda la noche pacíficamente ante un importante dispositivo policial.
"¡Basta!", "Cavaco, escucha: el pueblo está en la lucha", "¡Aquí,
Portugal. Allí el capital!", gritaban ante las rejas del palacio.
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