lunes, 17 de septiembre de 2012

El 64% de trabajadores españoles se siente "sobrecualificado" para su puesto

MADRID.- El 64% de los españoles se siente "sobrecualificado" para su actual puesto de trabajo y considera que su formación y experiencia están por encima de sus obligaciones laborales, dato que sitúa a España en cabeza del ranking europeo, sólo superada por la percepción de los profesionales griegos (un 69% de los encuestados).

   Así lo refleja la tercera oleada del año de Randstad, sobre las expectativas laborales de los trabajadores, que destaca que España se coloca 24 puntos porcentuales por encima de la media comunitaria, lo cual le sitúa lejos de países como Dinamarca (25%), Holanda (32%) o Alemania (43%), entre otros.
   En el lado corporativo, el 45% de las compañías sufren problemas para encontrar profesionales en términos globales, opinión que oscila entre el 53% de los alemanes o el 51% de los franceses y el 33% de los italianos, que ocupan el último lugar. En el caso de España, un 35% de los profesionales consultados mantiene esta opinión, lo que le sitúa diez puntos porcentuales por debajo de la media europea.
   Asimismo, el estudio sostiene que para cuatro de cada diez españoles (43%) dentro de tres años faltarán en su empresa trabajadores cualificados, lo que le coloca en la media del ranking de países europeos, que lideran Alemania (52%) y Suecia (51%). En el lado contrario se sitúan Holanda (33%) y Dinamarca (34%).
   En cuanto al interés que tienen las empresas en materia de formación, el informe subraya que más de la mitad de los profesionales españoles (55%) responde que su empresa se encuentra invirtiendo en esta vía, por lo que escala un punto porcentual por encima de la media europea (54%).
   A la cabeza del ranking se colocan países como Bélgica (65%), Suiza (60%) o Alemania (59%), mientras que en el lado contrario se encuentran Grecia (32%), Suecia (50%) y Noruega (50%), como los países donde las empresas invierten menos en formación, según sus trabajadores.

Abandonos

El número de trabajadores españoles que se han dado de baja voluntariamente en su puesto de trabajo al no poder afrontar cambios en sus condiciones laborales ha venido incrementándose en términos interanuales desde el pasado mes de febrero, cuando se puso en marcha la reforma laboral, que pretendía reducir los despidos a cambio de una mayor flexibilidad en las empresas.
   Así lo denuncia UGT en un informe realizado por su Secretaría de Acción Sindical con motivo de los primeros seis meses de vigencia de la reforma laboral del Gobierno del PP.
   Tomando datos de altas de beneficiarios de prestaciones contributivas, que aportan la causa por la que se reclama este derecho, el sindicato apunta que entre febrero y julio de este año se registraron 5.537 resoluciones voluntarias, un 180,7% más que un año antes, de las que 1.706 estaban relacionadas con cambios de lugar de trabajo y 2.829 a modificaciones en la condiciones de trabajo.
   Concretamente, las bajas voluntarias por no poder asumir un cambio de residencia se incrementaron a lo largo de los meses, en especial en julio, cuando repuntaron en un 150,3% respecto al mismo mes de 2011. Asimismo, las bajas voluntarias por cambios en las condiciones laborales no han dejado de crecer en estos meses, con especial incidencia en mayo (127,7%) y julio (183,9%).
   Según el secretario de Acción Sindical de UGT, Toni Ferrer, este efecto, contrario al perseguido por la reforma laboral, se debe a que "nada" de lo que sindicatos y empresarios pactaron en enero en el acuerdo interconfederal de negociación colectiva se ha recogido en la reforma laboral, "en tanto que se han olvidado de que la flexibilidad interna debía ser negociada".
   "Hay trabajadores para los que esos cambios en las condiciones laborales pueden suponer una consecuencia insalvable. Nadie opta por una salida voluntaria si no puede afrontar el cambio", ha argumentado Ferrer.
   Otro de los resultados que arroja el informe es que la contratación se ha reducido en un 4,4% desde la entrada en vigor de la reforma laboral, con un descenso de los contratos indefinidos del 5,8%, incluyendo conversiones. Además, la proporción de contratos fijos sobre el total de contratos se situó en su mínimo histórico en agosto de 2012, con tan sólo un 6%.
   "El único dato positivo", según Ferrer, ha sido el incremento del 0,5% en el caso de los contratos indefinidos iniciales, con 1.489 contratos más.
   El estudio de UGT explica que, aunque los datos oficiales recogen un incremento de la contratación indefinida ordinaria desde marzo, las cifras son "engañosas", puesto que, entre otras cosas, se están considerando los contratos para emprendedores como indefinidos, aunque aún no se sabe si cuando cumplan un año se renovarán, lo que no conllevará coste alguno para las empresas, o si están sustituyendo a los contratos temporales, que han caído un 4,6%.
   En cualquier caso, los 50.232 contratos para emprendedores firmados hasta agosto sólo han supuesto un 0,7% de los firmados, un 9,5% de los indefinidos y un 15,6% de los indefinidos ordinarios.
   Por otro lado, el informe precisa que los expedientes de regulación de empleo (EREs) han aumentado un 88% desde la entrada en vigor de la reforma laboral respecto al mismo periodo de 2011.
   No obstante, han aumentado un 58,2% el número de trabajadores afectados por procesos de suspensión y un 38,2% los que han visto su jornada reducida, mientras que los despidos han aumentado menos, un 15,2%.
   Preguntado por las palabras del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, quien recientemente empleó estos datos para valorar positivamente la reforma laboral, Ferrer aseguró que "estaba claramente reconociendo el fracaso" de la norma, puesto que no habló de ninguna mejora de la calidad del empleo ni de un descenso del desempleo.
   "El Gobierno pensaba que la reforma laboral iba a ser una fórmula mágica que iba a incrementar la contratación", agregó Ferrer, al tiempo que aseguró que la reforma laboral "no ha supuesto ningún tipo de estímulo para la creación de empleo", ha aumentado la precariedad y ha implicado un aumento tanto de los despidos colectivos como individuales", resultados todos ellos contrarios a los objetivos perseguidos con la nueva norma.
   "No hay datos positivos", señaló Ferrer, quien volvió a defender el último acuerdo sobre negociación colectiva firmado por los agentes sociales, que recogía una moderación negociada del conjunto de las rentas para ganar competitividad y generar empleo, y que dijo que "sigue vigente" para los sindicatos.
   "El Gobierno es el que ha cambiado las reglas del juego", aseveró, para añadir que los sindicatos preparan una "buena evaluación" del acuerdo y que se la expondrán a la CEOE. "Nos consta que muchas organizaciones empresariales están por el acuerdo", apostilló.

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