TOKIO.- El director gerente del Instituto de Finanzas
Internacionales (IIF por sus siglas en inglés), Charles Dallara, ha
recalcado que España o Italia deben solicitar el apoyo de un programa de
ayuda de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI)
para evitar que fracase el nuevo programa de compra de deuda puesto en
marcha por el Banco Central Europeo (BCE).
En una rueda de prensa en Pekín, Dallara celebró el compromiso
adquirido por el BCE al poner en marcha el nuevo programa de compra de
bonos por importe ilimitado para rebajar los costes de endeudamiento de
los países con problemas en la eurozona, aunque advirtió de que existe
el riesgo de que esta medida fracase.
"El anuncio del BCE fue muy valiente por un lado, pero no servirá
de nada a menos que España o Italia soliciten el apoyo de una programa
económico de la UE y el FMI", advirtió Dallara.
En este sentido, explicó que en ausencia de una negociación
gubernamental de un programa de reforma que esté respaldado por la
Comisión Europea, el "masivo apoyo potencial" por parte del BCE se
quedará solo en potencial y no se materializará.
Los costes de endeudamiento de España han caído con fuerza desde
que el BCE anunciara que estaba dispuesto a comprar bonos españoles,
pero las grandes necesidades de financiación antes de acabe al año y una
profunda recesión hacen que muchos analistas y políticos crean que solo
es cuestión de tiempo que España necesite ayuda.
Asimismo, Dallara incidió en que las fricciones entre países son
dañinas para el futuro de la unión monetaria europea y subrayó que
Europa tiene posibilidades de superar esta crisis, "pero solo si existe
un mayor consenso entre los 17 países que quieren un futuro unificado"
Por otro lado, Dallara, que representó a los acreedores privados
en la negociación de la quita de la deuda griega, defendió que Grecia
debería conseguir intereses más baratos a cambio de la ayuda de 130.000
millones de euros acordada, así como dos años más de plazo para
devolverla.
Sin embargo, incidió en que estas condiciones solo se podrán dar
si Atenas cumple con los compromisos realizados en materia de reforma
fiscal. "Una vez que esto se haya hecho, y confío en que se hará,
Europea y el FMI deberían moverse con rapidez para ampliar el periodo de
ajuste al menos dos años y aportar un modesto apoyo financiero
adicional para que esta ampliación sea eficaz", explicó.
En su opinión, solo serían necesarios otros 15.000 o 20.000
millones de euros y cree que esto podría ser llevado a cabo en parte
reduciendo los tipos de interés de los préstamos realizados por Europa y
el FMI a Grecia "con condiciones más favorables".
Asimismo, señaló que las respuestas ofrecidas a la crisis de la
deuda griega han puesto demasiado énfasis en la austeridad en el corto
plazo y no suficiente en que mejore la competitividad a la largo plazo
del país.
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